03 de mayo del 2025
1 Juan 4:7-19
EL FRUTO DEL ESPÍRITU ES AMOR
"En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados".1 Juan 4:10
Las bodas son eventos llenos de emoción y significado. Aunque cada una es única, hay un elemento que siempre está presente: el amor. Antes de casarse, muchas parejas reflexionan sobre lo que significa el amor y por qué han decidido compartir sus vidas. Pero esa pequeña palabra, "amor", puede significar muchas cosas diferentes. Usamos la palabra amor para describir nuestros sentimientos hacia personas, mascotas, pasatiempos, comidas y hasta el clima. Nos encanta estar enamorados, y las canciones de amor son algunas de las más populares en la música. Pero, ¿qué significa realmente amar? El apóstol Juan no vacila al identificar qué clase de amor es aquel del que tanto habla en sus epístolas: "En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados" (1 Juan 4:10). Aquí el amor no es solo un sentimiento, sino una acción. Se trata de buscar el bienestar del otro, incluso cuando requiere sacrificio. Cuando experimentamos un amor auténtico, no se queda solo en palabras o emociones pasajeras, sino que se traduce en actos concretos. Amar verdaderamente significa dar, servir y procurar el bien de los demás. Es un amor que transforma relaciones y tiene el poder de cambiar vidas.
Dios Padre, gracias por mostrarnos tu amor a través de la muerte de tu Hijo. Ayúdanos a amarte con sinceridad a ti y a nuestro prójimo. En Jesús, Amén.
Jesús llama a sus seguidores a dar frutos espirituales. En cierto modo, dice, que podemos hacerlo como una vid cuidada con esmero da fruto para un jardinero, y esto será para gloria de su Padre. Como los sarmientos de una vid, no podemos dar fruto por nosotros mismos, pero si permanecemos unidos a Él, su vida permanecerá en nosotros y seguiremos dando fruto (Juan 15:1-8). Este mes nos centraremos en los frutos del Espíritu (Gálatas 5:22-23). Por medio del Espíritu Santo, que nos mantiene conectados al amor vivificante de Cristo, podemos producir frutos que glorifican a Dios de todas las maneras posibles, y en una abundancia que no podríamos imaginar. Y a medida que nuestras vidas se vuelven más fructíferas, somos atraídos a una comunión más dulce con nuestro asombroso y trino Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
George Koopmans
George Koopmans es capellán en el Medicine Hat College en Alberta. Fue pastor de una congregación en Minnesota (Luverne) y otra en Medicine Hat. George y su esposa, Emily, tienen cuatro hijas adultas y tres nietos.