28 de mayo del 2025
Mateo 5:10-12
LA FELICIDAD DEL SUFRIMIENTO
“Dichosos los perseguidos por hacer lo que es justo, porque de ellos es el reino de los cielos”.Mateo 5:10
Las bienaventuranzas de Jesús, con las que da comienzo el sermón del monte, han sido fuente de aliento para los creyentes que luchan contra la adversidad y el hostigamiento. Tomadas al pie de la letra tal vez no parezcan tan atractivas en una época en que el éxito y la autosuficiencia son la nota dominante. La última bienaventuranza, sobre todo, que habla de ser perseguidos sin motivo, nos haría preguntarnos qué felicidad hay en sufrir solo por confesar el nombre de Jesús. Pero esto es lo que Jesús afirma. Sufrir por nuestros propios errores debe ser motivo de vergüenza; pero sufrir por causa de la justicia es causa de gran gozo. Los profetas que vivieron antes de nosotros también sufrieron todo tipo de humillaciones por causa de la justicia. Jesús, igualmente, fue perseguido por andar haciendo el bien. Del mismo modo, los apóstoles fueron severamente perseguidos por vivir en santidad y por predicar la verdad. El apóstol Pablo dice que todo el que quiera vivir una vida piadosa será perseguido. Pero tenemos la promesa de que nuestra ligera tribulación momentánea produce en nosotros un eterno peso de gloria, y el sufrimiento de este tiempo no es comparable con las glorias venideras que se revelarán en nosotros. ¡La felicidad que disfrutamos ahora es solo un preludio de nuestra felicidad eterna!
Dios todopoderoso, a pesar de las dificultades que he enfrentado, he logrado disfrutar de paz y felicidad dentro de mi corazón. Te agradezco en el nombre de Jesús, amén.
Jesús llama a sus seguidores a dar frutos espirituales. En cierto modo, dice, que podemos hacerlo como una vid cuidada con esmero da fruto para un jardinero, y esto será para gloria de su Padre. Como los sarmientos de una vid, no podemos dar fruto por nosotros mismos, pero si permanecemos unidos a Él, su vida permanecerá en nosotros y seguiremos dando fruto (Juan 15:1-8). Este mes nos centraremos en los frutos del Espíritu (Gálatas 5:22-23). Por medio del Espíritu Santo, que nos mantiene conectados al amor vivificante de Cristo, podemos producir frutos que glorifican a Dios de todas las maneras posibles, y en una abundancia que no podríamos imaginar. Y a medida que nuestras vidas se vuelven más fructíferas, somos atraídos a una comunión más dulce con nuestro asombroso y trino Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
George Koopmans
George Koopmans es capellán en el Medicine Hat College en Alberta. Fue pastor de una congregación en Minnesota (Luverne) y otra en Medicine Hat. George y su esposa, Emily, tienen cuatro hijas adultas y tres nietos.