Gálatas 5:16-26
EL FRUTO DEL ESPÍRITU
"Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley".Gálatas 5:22-23
¡Qué delicioso es un plato lleno de frutas! Las frutas no solo alegran nuestro paladar, sino que también nutren nuestro cuerpo y llenan nuestra mesa de colores y aromas. Hay una enorme variedad: dulces, ácidas, jugosas, exóticas... Lo que para ti puede ser una fruta cotidiana, para alguien más podría ser un verdadero manjar. Y si somos nosotros quienes las hemos cultivado la bendición es doble. ¡Qué satisfacción tan grande es cosechar el fruto que sembramos con dedicación, regamos con esmero y vimos crecer con paciencia!
Dios también quiere que te deleites en un tipo de fruto que no crece en los árboles, pero que es igual de esencial y maravilloso: el fruto del Espíritu Santo. ¿Te imaginas lo que sería vivir una vida caracterizada por amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza? Aunque podrías encontrar destellos de estas cualidades en muchos corazones, cuando caminamos de la mano del Espíritu, esas virtudes brillan con una intensidad y belleza que solo Dios puede dar.
Así que, disfrutar de este fruto no es tanto un cambio de dieta como una nueva disposición del corazón. Es una obra del Espíritu que tiene por objetivo desarrollar en nosotros el carácter de Cristo. ¡Que cada día sea una nueva oportunidad para crecer en el Espíritu y reflejar su amor al mundo!
Señor, llénanos de tu Espíritu para que podamos producir frutos de acuerdo con tu propósito para nuestras vidas. Te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.