18 de abril del 2025
1 Pedro 3:8-22
¿POR QUÉ MURIÓ JESÚS?
“Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu”. 1 Pedro 3:18 RVR60
Este pasaje contiene una afirmación poderosa acerca de la muerte de Cristo: Él dio su vida “para llevarnos a Dios”. ¿Te has detenido a meditar en el peso de estas palabras? Cristo es el único camino que nos conduce al Padre, y es gracias a su sacrificio en la cruz que podemos tener acceso a la salvación. Su muerte no fue un simple acto de amor, sino el medio divinamente establecido para reconciliarnos con Dios y restaurar nuestra relación con Él. Sin Cristo, este acceso sería imposible. Cristo murió por usted y por mí, Cristo murió su muerte y la mía. “Porque la paga del pecado es muerte” (Ro. 6:23). Usted y yo merecíamos la condenación eterna. Pero Jesús es nuestro buen pastor que ofrece su vida por nosotros: “Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas” (Jn. 10: 11). Ese amor por ti y por mí que somos sus ovejas es lo que lo llevó a su sacrificio. Cristo murió por mis pecados y los tuyos. Cristo anuló nuestros pecados a través de su muerte. Pablo dice: “Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras” (1 Co. 15:3). Nada ocurrió por casualidad, todo estaba escrito. Esto nos muestra que nuestro Señor Jesucristo cumplió todo al pie de la letra. Asimismo, es hermoso saber que nuestro Salvador nunca perdió el control, que siempre mantuvo su majestad incluso mientras caminaba hacia su muerte por ti y por mí.
Padre celestial, gracias por enviar a tu Hijo a morir por mí. Ayúdame para que nunca olvide el sacrificio que hizo tu Hijo por amor. Por Cristo mi Señor. Amén.
Desde el principio de los tiempos, Dios ha demostrado su amor y su plan perfecto para rescatar a la humanidad. La historia de la salvación es una narrativa gloriosa que atraviesa las páginas de la Biblia, desde la creación hasta la redención final en Cristo. No es solo la historia de un Dios que salva, sino la de un Dios que lo hace de una manera asombrosa y poderosa, transformando vidas, restaurando corazones y reconciliando al mundo consigo mismo. Este manual busca explorar la manera en que Dios, en su infinita gracia y sabiduría, llevó a cabo la salvación del mundo. Desde las promesas dadas a los patriarcas, pasando por la obra culminante de Jesús en la cruz y su resurrección, hasta la acción transformadora del Espíritu Santo en la iglesia hoy, veremos cómo cada parte del plan divino refleja la gloria, el poder y el amor de nuestro Señor. Es una invitación no solo a aprender, sino a maravillarnos y adorar al Dios que salva.
Rev. Isaac López Jiménez
El Rev. Isaac es pastor presbiterianoy fue durante varios años rector del Seminario Teológico Presbiteriano d eMéxico. Actualmente pastorea en el estado de Quintana Roo en México, está casado y tiene 2 hijos.