04 de noviembre del 2024
Génesis 12:1-9
LA PROMESA DE UN HOGAR
“Esta tierra se la voy a dar a tu descendencia”. Génesis 12:7
Para muchas personas, tener una casa propia es un gran sueño y una gran bendición. Un logro así les permite ahorrar a fin de tener un futuro seguro. También les brinda un lugar al que pueden llamar suyo, con espacios que pueden usar a su conveniencia. En la historia bíblica a la humanidad se le describe en busca de un hogar. Pero una cosa que pronto descubrimos es que la casa de nuestros sueños no puede ser realmente la que construimos nosotros mismos. Abram, al parecer, gozaba de una buena vida en Harán, en compañía de sus seres queridos. Su prosperidad le permitía contar con posesiones y sirvientes. Pero Harán no estaba destinado a ser su lugar de residencia. “Deja tu tierra…”, le dijo Dios, “para ir a la tierra que yo te voy a mostrar”. Dios llevó a Abram a Canaán y le dijo que sus descendientes recibirían esta tierra como un regalo suyo. Es aquí donde algún día sería su hogar. Pero Abram vivía en tiendas de campaña, sin morada permanente. Tuvo que aprender a esperar a que Dios construyera el hogar que anhelaba. Muchos de nosotros anhelamos un lugar propio. Pero lo que más necesitamos es un lugar para estar con Dios, un lugar donde Dios esté presente con nosotros, un lugar donde podamos adorar a Dios y apoyarnos en su gracia. No podemos construir ese hogar con nuestros propios esfuerzos, sino sólo esperando en la obra de Dios en Cristo.
Dios fiel, queremos un lugar al que pertenecer, donde podamos apoyarnos en tu gracia para todo lo que necesitemos. Confiamos en que en Jesús tú cumplirás tus promesas. En su nombre te lo pedimos, Amén..
En algún momento de nuestras vidas, muchos de nosotros hemos tenido la oportunidad de salir de viaje, aunque sólo fuera por un día o dos. Algunos, hemos salido de casa para estudiar o para buscar trabajo. Puede que nuestro tiempo fuera estuviera planeado y nos diera mucha alegria. Otras veces, sin embargo, nuestros viajes pueden ser imprevistos y estresantes. Nuestros viajes pueden estar provocados por acontecimientos que nos impulsan o incluso nos obligan a ir a buscar un nuevo hogar. En cualquier caso, necesitamos saber que al final del camino hay un lugar al que podemos pertenecer, un lugar al que podemos llamar hogar. La vida cristiana es así . A veces podemos viajar tranquilamente, dsifrutando de las bendiciones de la comodidad y la alegría que Cristo trae. Otras veces podemos sentirnos exigidos, desafiados e incluso desarraigados en nuestra vida espiritual. Aunque los desafíos pueden ayudarnos a crecer en la fe, necesitamos saber que a lo largo del camino Dios está siempre con nosotros. Afortunadamente, el Dios que nos llama a tener fe en su Hijo, Jesucristo, siempre cuida de nosotros, prometiendo no dejarnos ni abandonarnos jamás. Este es el Dios de la gracia y el perdón, que nos llena de su Espíritu y nos acoge para que disfrutemos de la vida en su presencia, dándonos un lugar al que llamar hogar dondequiera que estemos. Este mes vamos a reflexionar sobre estas cosas mientras exploramos algunos pasajes de la biblia sobre el hogar.
Joel vande Werken
Ha sido pastor desde el año 2007, sirviendo en iglesias en Sussex, nueva jersey y en Whitinsville, Massachusetts. Él y su esposa, Brandie, tienen cuatro hijos pequeños.