29 de noviembre del 2024
Juan 1:1-14
JESÚS NUESTRO VECINO
“Aquel que es la Palabra se hizo hombre y vivió entre nosotros”. Juan 1:14
Nunca la humanidad ha vivido mejor que como al comienzo de la historia. El hogar en el que moraban había sido creado por Dios mismo y Adán y Eva contaban con la compañía de Dios y caminaban con él “por el jardín” (Génesis 3:8). ¡Qué triste es haber perdido estas bendiciones, pero, sobre todo, darle la espalda a un Dios bueno y amoroso! Desde entonces, la humanidad ha estado buscando formas de volver a ese hogar. Mucha gente está predispuesta a imaginar que puede encontrar por sí sola el camino de regreso, que puede buscar a Dios en sus propios términos. Si somos lo suficientemente buenos, o lo suficientemente inteligentes, o, quizás simplemente mejores que cualquier otra persona, entonces el trabajo estará hecho. Sin embargo, la respuesta de Dios es terminante: nuestra búsqueda de Dios es infructuosa. La única posibilidad de volver a casa es que Dios tome la iniciativa y nos tienda su mano. ¡Pero nuestro Dios amoroso ha hecho mucho más que eso! En la persona de Cristo, él vino en carne y hueso hasta nosotros, y se convirtió de nuevo en nuestro vecino. Él no vino para convivir con un grupo exclusivo sino con gente de cualquier estrato social. No podemos encontrar el camino a casa de vuelta, pero, en Jesús, Dios ha hecho su hogar con nosotros para que podamos ser salvos y vivir plenamente con él.
Señor Jesús, gracias por buscarnos cuando no pudimos encontrar el camino hacia nuestro hogar. Prepara nuestros corazones para recibirte y guíanos por el Espíritu. Amén.
En algún momento de nuestras vidas, muchos de nosotros hemos tenido la oportunidad de salir de viaje, aunque sólo fuera por un día o dos. Algunos, hemos salido de casa para estudiar o para buscar trabajo. Puede que nuestro tiempo fuera estuviera planeado y nos diera mucha alegria. Otras veces, sin embargo, nuestros viajes pueden ser imprevistos y estresantes. Nuestros viajes pueden estar provocados por acontecimientos que nos impulsan o incluso nos obligan a ir a buscar un nuevo hogar. En cualquier caso, necesitamos saber que al final del camino hay un lugar al que podemos pertenecer, un lugar al que podemos llamar hogar. La vida cristiana es así . A veces podemos viajar tranquilamente, dsifrutando de las bendiciones de la comodidad y la alegría que Cristo trae. Otras veces podemos sentirnos exigidos, desafiados e incluso desarraigados en nuestra vida espiritual. Aunque los desafíos pueden ayudarnos a crecer en la fe, necesitamos saber que a lo largo del camino Dios está siempre con nosotros. Afortunadamente, el Dios que nos llama a tener fe en su Hijo, Jesucristo, siempre cuida de nosotros, prometiendo no dejarnos ni abandonarnos jamás. Este es el Dios de la gracia y el perdón, que nos llena de su Espíritu y nos acoge para que disfrutemos de la vida en su presencia, dándonos un lugar al que llamar hogar dondequiera que estemos. Este mes vamos a reflexionar sobre estas cosas mientras exploramos algunos pasajes de la biblia sobre el hogar.
Joel vande Werken
Ha sido pastor desde el año 2007, sirviendo en iglesias en Sussex, nueva jersey y en Whitinsville, Massachusetts. Él y su esposa, Brandie, tienen cuatro hijos pequeños.