Génesis 2:24-25
EL CASADO CASA QUIERE
“Por eso el hombre deja a su padre y a su madre para unirse a su esposa”.
Génesis 2:24
“El casado casa quiere”, se dice con frecuencia. La Biblia nos revela algo parecido pero lo presenta como más que un dicho o un simple consejo. Es un principio que Dios, el creador y diseñador del matrimonio, ha establecido para esta relación. El matrimonio envuelve un “dejar”, y en el relato bíblico, es el hombre a quien se llama a romper el cordón umbilical.
¿Qué implica esta directriz bíblica? Dejar a nuestros padres implica estar preparados para asumir nuestra independencia económica. Significa también tener la sabiduría necesaria para la toma de decisiones, cosas para las cuales Dios había preparado a Adán al darle responsabilidades en el huerto. Y, por supuesto, envuelve la separación física, es decir, la posibilidad de hacer una vida aparte, de modo que no haya interferencias no solicitadas en la relación como pareja.
Aun cuando a veces las tradiciones de una cultura dirigen en un rumbo contrario, hay mucha sabiduría en esta directriz bíblica. Hay padres que siguen manteniendo el control de sus hijos después que estos se casan, y, aun si las intenciones son buenas, no es lo más saludable. De hecho, somos los propios padres quienes debemos preparar a nuestros hijos para el momento en que emprendan su propio viaje. Podemos ofrecer consejos sabios, pero nunca asumir el papel que les corresponde a los hijos en su matrimonio.
Bendito Dios, danos la sabiduría y humildad para aceptar la dirección que nos ofreces en tu Palabra. Permite que con ella podamos construir matrimonios sólidos y saludables. En Cristo, amén.