27 de marzo del 2024
Mateo 26:18-30
LA CENA DEL SEÑOR
“Tomen y coman, esto es mi cuerpo”. Mateo 26:26
Jesús celebró una última comida ceremonial con sus discípulos. La llamamos la “Última Cena”. En la mesa con ellos tomó el pan, dio gracias, lo partió y se lo dio a sus discípulos, diciendo: “Tomen y coman, esto es mi cuerpo”. Luego tomó una copa, dio gracias y se la pasó a los discípulos, diciendo: “Beban todos ustedes de esta copa, porque esto es mi sangre… sangre que es derramada en favor de muchos para perdón de sus pecados”. En la iglesia celebramos esta comida del nuevo pacto partiendo el pan y bebiendo vino juntos en memoria de Jesús. La llamamos la “Cena del Señor”. Esta comida reemplaza la Pascua judía. Ya no hay necesidad de traer un cordero al altar, porque Cristo es el Cordero de Dios, sacrificado una vez por todos para quitar el pecado del mundo. Ya no hay necesidad de rociar la sangre de un cordero en los marcos de las puertas, porque por la fe recibimos los beneficios de la sangre de Cristo, que nos limpia de todo pecado. Cristo es nuestro Cordero pascual. A él señalaron los patriarcas y los profetas. Él fue la esperanza de nuestros padres espirituales y el contenido de la predicación de los apóstoles. Cristo es el Cordero de Dios sin mancha, el pan vivo bajado del cielo. ¡Con su cuerpo y su sangre, cumplió todos los requisitos de la ley de Dios, liberándonos de la esclavitud y la tiranía del pecado y la muerte para siempre!
¡Cordero de Dios, en ti encontramos liberación, salvación en una vida nueva, plena y gratuita! Sé exaltado en nuestras vidas cada día. Amén.
El sufrimiento y la muerte de Jesús no fueron obra de la casualidad ni el resultado de un fallo en los planes de Dios. Estas cosas sucedieron según “los planes y propósitos de Dios” (Hechos 2:23). El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, movidos por su asombroso amor por nosotros, los seres humanos, entraron en el pacto de redención por nuestro bien. Y aunque Jesús, el Hijo de Dios, fue crucificado, muerto y sepultado, también resucitó victorioso sobre la muerte, ascendió al cielo y ahora y ahora gobierna todas las cosas para que podamos tener una nueva vida y vivir con Dios para siempre. A lo largo de este mes, seremos guiados a través de pasajes bíblicos que nos ayudan a ver en acción el plan redentor de Dios. Que estas meditaciones le edifiquen en la fe y le ayuden a acercarse al Dios que le ama y quiere que comparta su amor y su vida con las personas que le rodean, cercanas y lejan
Hernandes Dias Lopes
El Rev. Lopes está casado con Udemilta y viven en Sao Paulo Brasil en compañía de sus dos hijos. El pastor Hernandes viaja alrededor del mundo para predicar y enseñar la Biblia.