26 de marzo del 2024
Romanos 5:1-11
SIN REDENCIÓN A TRAVÉS DEL CHOCOLATE
“Y ahora, después que Dios nos ha hecho justos mediante la muerte de Cristo, con mayor razón seremos salvados del castigo final por medio de él”. Romanos 5:9
Durante esta semana de celebraciones es común escuchar sobre el conejito de Pascua, los huevos y el chocolate. Esas viejas tradiciones seculares no tienen nada que ver con el regalo de Jesús de una nueva vida para todos los que creen en él. Pero pueden distraernos si nos olvidamos de centrarnos en el asombroso amor de Dios que se nos muestra a través de la muerte y resurrección de su Hijo, Jesús. Reflexionar sobre la sangre derramada de Jesús puede hacernos sentir incómodos. Tal vez prefiramos concentrarnos en cosas más agradables y dulces, como el chocolate o algún otro bocadillo. Pero el sacrificio de Cristo es lo único que puede pagar la deuda de nuestro pecado y traernos la paz con Dios. No hay redención a través del chocolate. Nuestra redención del pecado y la muerte vino a través de la sangre derramada de Jesús, el Cordero de Dios. Como vimos a principios de este mes, cuando Dios liberó a su pueblo de la esclavitud en Egipto, el cordero sacrificado de la Pascua señalaba el sacrificio de Jesús, el único Hijo de Dios. “¡Miren, ése es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo!” (Juan 1:29). Por su muerte tenemos vida. ¡Por su sangre derramada somos liberados y limpiados de todo pecado! Y esta sí es una nueva vida que podemos celebrar en cualquier época del año porque no depende de los ciclos reproductivos de la naturaleza.
Señor Dios, nos has librado del pecado por la sangre de Cristo derramada en la cruz por nuestro bien. A través de su muerte ahora podemos disfrutar de la vida plena en ti. En su nombre oramos. Amén.
El sufrimiento y la muerte de Jesús no fueron obra de la casualidad ni el resultado de un fallo en los planes de Dios. Estas cosas sucedieron según “los planes y propósitos de Dios” (Hechos 2:23). El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, movidos por su asombroso amor por nosotros, los seres humanos, entraron en el pacto de redención por nuestro bien. Y aunque Jesús, el Hijo de Dios, fue crucificado, muerto y sepultado, también resucitó victorioso sobre la muerte, ascendió al cielo y ahora y ahora gobierna todas las cosas para que podamos tener una nueva vida y vivir con Dios para siempre. A lo largo de este mes, seremos guiados a través de pasajes bíblicos que nos ayudan a ver en acción el plan redentor de Dios. Que estas meditaciones le edifiquen en la fe y le ayuden a acercarse al Dios que le ama y quiere que comparta su amor y su vida con las personas que le rodean, cercanas y lejan
Hernandes Dias Lopes
El Rev. Lopes está casado con Udemilta y viven en Sao Paulo Brasil en compañía de sus dos hijos. El pastor Hernandes viaja alrededor del mundo para predicar y enseñar la Biblia.