Génesis 38:24-30
LOS MOTIVOS DE TAMAR
“Judá engendró de Tamar a Fares y a Zara”.
Mateo 1:3
Hay una sorpresa en la genealogía de Jesús. Son las mujeres. Se mencionan cuatro, y no son del tipo que podríamos esperar que aparezcan en el linaje del Mesías. Al contrario, la mayoría de la gente preferiría esconder sus nombres.
Tamar era cananea, viuda y sin hijos, y sus acciones serían consideradas escandalosas, incluso para la mentalidad liberal de nuestro tiempo. ¡Imagine a una mujer viuda embarazada! Pero esa no es toda la historia. Fue Judá, su suegro, quien la deshonró. Tamar lo que hizo fue un intento desesperado por hacerse de un futuro en la familia de Israel a través de un hijo, aunque eso la llevara a traspasar ciertos límites. Es por eso que Judá reconoce: “Más justa es ella que yo”, cuando se da cuenta que él es el padre de sus hijos no nacidos.
Sin embargo, la gracia de Dios es tan grande que puede redimir una historia tan sórdida como la de Tamar y Judá para incluirla en sus planes redentores. Tamar y Judá no son los únicos con un pasado indecoroso. Algunos de nosotros hemos actuado de maneras vergonzosas, y lo hemos hecho por motivos que no están ni cerca de los que Tamar tenía. Pero la buena noticia confortadora es que Dios continúa injertando “personas con un negro pasado” en su árbol genealógico. Estas son personas que ponen su confianza en aquel de cuya genealogía se sigue hablando. Estas son personas como tú y yo.
Señor Jesús, muchos de nosotros tenemos historias que nos avergüenzan. Sin embargo, tú nos traes a ti para ofrecernos un futuro glorioso por medio de tu gracia. Amén.