Josué 2:1-24
CORTANDO CON EL PASADO
“Salmón engendró de Rahab a Booz”.
Mateo 1:5
Cuando conoces a Rahab por primera vez, no hay nada en su historia que sugiera que se convertiría en una heroína de la fe (Hebreos 11:31). Rahab era cananea, residente de Jericó, y su profesión como prostituta bien podría haber estado relacionada con la adoración de los dioses cananeos de la fertilidad. Rahab quedaría fuera de la lista si fuerza juzgada por los estándares de conducta esperados del pueblo de Dios.
Pero cuando dos espías judíos visitaron una tarde su casa, se enfrentó a la elección de su vida. ¿Se aferraría a la causa perdida de Jericó, o arriesgaría su futuro con el pueblo de Dios? ¿A quién adoraría? Rahab tomó su decisión. El cordón escarlata que colgaba de su ventana era una señal de que estaba cortando con el pasado y uniéndose al pueblo de Dios. Cuando colgó ese cordón por la ventana, estaba dando un paso audaz de fe. Ella confiaba en que el Dios de Israel tenía más poder que sus antiguas deidades. Ella estaba deteniendo una historia en seco para asumir una identidad completamente nueva con Israel. Y Dios bendijo esa elección honrándola como la tatarabuela de David.
Algunos de nosotros también tenemos que tomar decisiones. Son difíciles porque significan hacer una ruptura radical con el pasado. Pero aquí están las buenas noticias: la fe en Jesús nos injerta en la familia de Dios, la única familia que realmente importa.
Señor, el camino que tenemos ante nosotros se divide, y debemos decidir qué camino recorreremos en la vida. Por tu gracia, llévanos al camino angosto que lleva a ti. En tu nombre, Amén.