12 de diciembre del 2023
Rut 4:13-22
SIN NADA QUE PERDER
“Booz engendró de Rut a Obed”. Mateo 1:5
Para cuando llegamos al nombre de Rut en la genealogía de Jesús, ya no nos sorprende que aparezca otro nombre gentil en el árbol genealógico. ¿Podría Mateo estar tratando de decirnos algo sobre el alcance de la obra de Dios? Al comienzo de esta genealogía, Mateo identifica a Jesús como “hijo de David, el hijo de Abraham”. La identificación de Jesús con el rey David es obvia. Pero ¿por qué enfatizar que Jesús es “hijo de Abraham”? Mucho antes de que David viniera, Dios prometió bendecir a Abraham y a sus descendientes, diciendo: “Y serán benditas en ti todas las familias de la tierra” (Génesis 12:3). Qué apropiado, entonces, que en el árbol genealógico de Jesús nos encontremos con tres gentiles de la época anterior a David. Rut era de Moab, un enemigo de la nación de Israel. Pero cuando tuvo que decidir en dónde poner su esperanza para el futuro, regresó con su suegra israelita a Belén. Rut no tenía marido, ni hijos, ni dinero; nada. Pero al obedecer a Dios y recibir la bondad de Booz, un “pariente cercano”, Dios trajo abundancia a su vida. Entre las asombrosas bendiciones: un hijo que se convertiría en el abuelo del rey David. Algunos de nosotros hoy sentimos dolor por carecer de cosas buenas en nuestra vida. Sin embargo, en una relación con Jesús, nuestras vidas serán llenas de la paz y la presencia de Dios.
Señor, llena nuestros corazones con tu presencia, para que podamos rebosar con tu gracia y bondad. En el nombre de Jesús oramos, Amén.
En nuestra cultura el trasfondo bíblico de la Navidad ha ido decreciendo. En su lugar, mucha gente la describe como una fiesta en la que ni siquiera mencionan a Jesucristo. Una revista dice que es el “aniversario de nuestro propio nacimiento como personas plenas, con valores, conciencia, capacidad de reconocer los errores, descubrir los miedos, motivarnos y emprender nuevos sueños”. Y los propios cristianos no estamos lejos de adoptar un punto de vista romántico y acaramelado de este acontecimiento. No cabe duda que la venida de Cristo a este mundo es motivo de gran alegría. Él es quien es capaz de traer paz y plenitud a la vida de la gente. Y no debemos avergonzarnos por disfrutar de una celebración como ésta. Pero, a veces olvidamos que este acontecimiento ocurre entre situaciones escabrosas, momentos dolorosos y decisiones difíciles para los protagonistas. Muchas de las cosas que ellos vivieron hubieran escandalizado incluso a la sociedad más permisiva de nuestro tiempo. Necesitamos un punto equilibrado de la Navidad que nos permita alcanzar un compromiso más radical con Jesucristo. Esperamos que este devocional permita ver ese otro lado de la Navidad que a veces pasa desapercibido.
Robert Heerspink
Fue pastor de varias iglesias, y director del ministerio Back to God (De regreso a Dios). Una de sus pasiones era la escritura, sobre todo, devocionales para el pueblo de Dios.