09 de diciembre del 2023
Mateo 1:1-17
LINAJE REAL
“Libro de la genealogía de Jesucristo, hijo de David”. Mateo 1:1
¿Llegaste al final de la lectura de hoy? Mis disculpas por asignar toda la genealogía de Jesús. Espero que la pronunciación de los nombres no te haya desalentado, pero la genealogía de Jesús es importante. La mayoría de nosotros no leemos un árbol genealógico, a menos que, por supuesto, sea el nuestro. En los últimos años, en la internet se ha vuelto popular averiguar quiénes fueron nuestros antepasados, con el fin de ver si tenemos algo de realeza o algún estatus parecido. Pero la mayoría de nosotros terminamos decepcionados, pues es más probable descubrir que venimos de un pueblo borracho que de un duque o conde. La genealogía de Jesús sí incluye la realeza. Jesús puede reclamar sangre azul. Jesús no solo es un “hebreo de hebreos”, descendiente del patriarca Abraham, ¡sino que su linaje también comprende reyes de Israel y Judá! Esta genealogía cumple la promesa de Dios que encontramos en 1 Crónicas 17. Allí Dios le promete a David un hijo que se sentará en su trono para siempre. Esa promesa se está cumpliendo ahora. Ese es el punto de Mateo 1 en el versículo 17. Jesús cumple todo lo que esta genealogía anticipa. Por supuesto, Jesús tiene más que un pedigrí real. Él no es sólo el Hijo de David, sino también el Hijo de Dios. Habrá gobernantes en este mundo que tratarán de causarle problemas, pero no son rival para el Rey de reyes.
Señor Jesús, no todos confiesan tu identidad real. Aún menos reconocen tu reinado inclinándose ante ti como discípulos. Concede que estemos entre los que te confiesan como Rey. Amén.
En nuestra cultura el trasfondo bíblico de la Navidad ha ido decreciendo. En su lugar, mucha gente la describe como una fiesta en la que ni siquiera mencionan a Jesucristo. Una revista dice que es el “aniversario de nuestro propio nacimiento como personas plenas, con valores, conciencia, capacidad de reconocer los errores, descubrir los miedos, motivarnos y emprender nuevos sueños”. Y los propios cristianos no estamos lejos de adoptar un punto de vista romántico y acaramelado de este acontecimiento. No cabe duda que la venida de Cristo a este mundo es motivo de gran alegría. Él es quien es capaz de traer paz y plenitud a la vida de la gente. Y no debemos avergonzarnos por disfrutar de una celebración como ésta. Pero, a veces olvidamos que este acontecimiento ocurre entre situaciones escabrosas, momentos dolorosos y decisiones difíciles para los protagonistas. Muchas de las cosas que ellos vivieron hubieran escandalizado incluso a la sociedad más permisiva de nuestro tiempo. Necesitamos un punto equilibrado de la Navidad que nos permita alcanzar un compromiso más radical con Jesucristo. Esperamos que este devocional permita ver ese otro lado de la Navidad que a veces pasa desapercibido.
Robert Heerspink
Fue pastor de varias iglesias, y director del ministerio Back to God (De regreso a Dios). Una de sus pasiones era la escritura, sobre todo, devocionales para el pueblo de Dios.