07 de diciembre del 2023
Juan 1:19-28
SOLO UN MENSAJERO
“Este es el que viene después de mí, el que es antes de mí, del cual yo no soy digno de desatar la correa del calzado”. Juan 1:27
En el tranquilo mundo de la antigua Palestina, Juan el Bautista se convirtió instantáneamente en una celebridad. De hecho, es probable que hasta su muerte a manos del rey Herodes, Juan atrajera más gente que el propio Jesús. Eso es entendible, pues Juan tenía un estilo dramático que llamó la atención de inmediato. ¡Un traje de pelo de camello! ¡Su extraña dieta de langostas bañadas en miel! Pero fue su predicación lo que las multitudes salieron a escuchar. ¡Este hombre era un comunicador! Si escuchabas a Juan una vez, difícilmente olvidarías su mensaje. Con su personalidad magnética, Juan tenía la capacidad de iniciar un movimiento religioso propio. Años después de la muerte de Juan, Pablo todavía se encontraba con personas que se identificaban en términos del “bautismo de Juan” (Hechos 19:1-7). Pero un movimiento independiente no era parte de la agenda de Juan. Juan quería que sus oyentes pensaran en él sólo como “una voz”. Él era la voz en el desierto llamando a hombres y mujeres a prepararse para la venida de su Señor. Anunció la llegada de alguien cuyas sandalias no era digno de desatar. La perspectiva de Juan es refrescante. En un mundo donde hombres y mujeres forjan su camino en busca de la grandeza, Juan entendió que su misión radica en dirigir a otros a Jesús. Es una lección que muchos de nosotros podemos aprender.
Señor Jesús, ayúdanos a mantener las luces de la grandeza lejos de simples mortales como nosotros. Ayúdanos a mantener la luz de la Navidad brillando directamente sobre ti. Amén.
En nuestra cultura el trasfondo bíblico de la Navidad ha ido decreciendo. En su lugar, mucha gente la describe como una fiesta en la que ni siquiera mencionan a Jesucristo. Una revista dice que es el “aniversario de nuestro propio nacimiento como personas plenas, con valores, conciencia, capacidad de reconocer los errores, descubrir los miedos, motivarnos y emprender nuevos sueños”. Y los propios cristianos no estamos lejos de adoptar un punto de vista romántico y acaramelado de este acontecimiento. No cabe duda que la venida de Cristo a este mundo es motivo de gran alegría. Él es quien es capaz de traer paz y plenitud a la vida de la gente. Y no debemos avergonzarnos por disfrutar de una celebración como ésta. Pero, a veces olvidamos que este acontecimiento ocurre entre situaciones escabrosas, momentos dolorosos y decisiones difíciles para los protagonistas. Muchas de las cosas que ellos vivieron hubieran escandalizado incluso a la sociedad más permisiva de nuestro tiempo. Necesitamos un punto equilibrado de la Navidad que nos permita alcanzar un compromiso más radical con Jesucristo. Esperamos que este devocional permita ver ese otro lado de la Navidad que a veces pasa desapercibido.
Robert Heerspink
Fue pastor de varias iglesias, y director del ministerio Back to God (De regreso a Dios). Una de sus pasiones era la escritura, sobre todo, devocionales para el pueblo de Dios.