Génesis 29:31-30:2
FUERA DE CONTROL
“Pero Jacob se enojó con ella y le dijo: ¿Acaso soy Dios? Él es quien no te deja tener hijos”.Génesis 30:2
A veces Dios nos doblega al ponernos en situaciones fuera de nuestro control. Para Jacob, esta capitulación comenzó en su propia familia. Su tío lo engañó para que se casara con Lea, a quien no amaba, creando una rivalidad con Raquel a quien sí amaba. Esta rivalidad se hizo sentir con más fuerza cuando Lea comenzó a tener hijos. Saberse infértil va a ser motivo de mucho dolor para Raquel, y, no es de extrañar que reaccione con envidia y amargura.
Jacob tiene razón al afirmar que está más allá de su capacidad aliviar el dolor de Raquel, pero ¿por qué tiene que enojarse tanto? Como muchos de nosotros, Jacob está acostumbrado a apoyarse en su propia capacidad para resolver los problemas. Pero su incapacidad para ayudar a Rachel lo frustra y lo lleva a confundir y lastimar a las personas que lo rodean. La confianza en nuestras propias habilidades a menudo hace eso.
Pero Jacob dice algo que es más profundo de lo que él imagina: “¿Acaso soy Dios?”. Aunque él no capta esta verdad del todo, es cada vez más evidente que se ha dado cuenta de algo: él no es Dios. La vida está más allá de su control. Cuando nos encontramos en situaciones fuera de nuestro control, podemos llegar a frustrarnos y frustrar a los demás. O podemos admitir que no somos Dios, y, de ese modo, comenzar a abrazar su bondadoso cuidado por nosotros.
Dios todopoderoso, tú eres la fuente de todo bien. Confesamos nuestra tendencia a tomar las cosas en nuestras propias manos, y te pedimos que nos enseñes a depender solo de ti. En Jesús, Amén.