27 de octubre del 2023
Génesis 47:28-31
ANHELO DE HOGAR
“¡Por favor, no me entierres en Egipto!”.Génesis 47:29
Llega un momento en la vida en el que necesitamos saber dónde está nuestro verdadero hogar. Durante muchos años, Jacob fue un vagabundo. Aun cuando se estableció en un lugar por largo tiempo, no se sentía como en casa (Génesis 29:25). Y cuando finalmente parecía tener un lugar fijo, llegó la invitación de mudarse a Egipto, de su hijo que creía perdido. Sería comprensible si Jacob hubiera renunciado a la esperanza de tener un hogar y dejado que las circunstancias determinaran su destino. Sin embargo, ya a punto de morir llama a su hijo José a quien hace jurar que llevarán sus restos a la tierra prometida. Es como si les dijera: “Nunca olviden dónde está su hogar”. La vida en Egipto es hermosa, pero no es el lugar donde Dios ha prometido bendecirlos de manera permanente. La obra de Dios tiene que seguir adelante y eso significa que no deben enamorarse de las fértiles tierras egipcias. Como creyentes en Jesucristo estamos expuestos también a caer en una zona de confort. Un trabajo bien remunerado, un ministerio exitoso, una comunidad de fe amigable pueden convertirse en una tentación para pensar que Dios ha concluido su obra en nosotros. Para Israel, los restos de Jacob en Egipto serían un recordatorio constante de que ese lugar no es su verdadero hogar. Los creyentes tenemos en la santa cena la promesa de que lo mejor aún está por venir.
Señor Jesús, gracias por entregarte por nosotros para que podamos tener el hogar que nos has preparado. Que nuestras vidas reflejen que nuestro verdadero hogar está contigo. Amén.
Jacob es uno de mis personajes favoritos de la Biblia. Pero no creo que me hubiera gustado tanto si lo hubiese conocido al principio de su vida. Era astuto, manipulador y hábil. Actuaba por interés propio y no pensaba mucho en los demás. Pero Dios lo amaba, y el libro de Génesis muestra cómo Dios persiguió y ablandó el corazón de Jacob hasta que finalmente comprendió que la bendición de Dios viene sólo por gracia. Esa verdad cambió la actitud de Jacob hacia Dios y hacia los demás. Y esa es una lección que todos necesitamos aprender. Puede que nuestros desafíos y pecados no sean los mismos que los de Jacob, pero necesitan de igual manera el poder transformador de Cristo. Todos necesitamos profundamente la seguridad de que Dios nos salvará. Y por su gracia, todos los que creen en Jesucristo, el Hijo de Dios, como Salvador, serán transformados para disfrutar de una vida plena con él para siempre.
Joel Vande Werken
Joel Vande Werken ha sido pastor desde el año 2007, sirviendo en iglesias en Sussex, Nueva Jersey, y en Whitinsville, Massachusetts. Él y su esposa, Brandie, tienen cuatro hijos pequeños.