13 de octubre del 2023
Génesis 32:3-21
EL MIEDO NO ANDA EN CAMELLO
“Jacob tuvo mucho miedo... Dividió entonces en dos grupos la gente que estaba con él, y también las ovejas, vacas y camellos”.Génesis 32:7
El miedo puede ser una fuerza poderosa en nuestras vidas. Jacob estaba acostumbrado a tener las cosas bajo control, y a encontrar la manera de salir de cualquier situación difícil. Después de salir bien librado de su encuentro con Labán, su confianza en sí mismo podía haberse disparado. Pero ahora que se entera que su hermano viene hacia él al mando de 400 hombres Jacob reacciona aterrorizado. ¿Cómo podrá salir ileso de este embrollo? Jacob busca a Dios en oración, con la desesperación del hombre que sabe que no puede hacer nada sin la ayuda y el poder de Dios. A veces nosotros también creemos que contamos con los recursos para hacer frente a cualquier problema que pueda surgir. Decimos, incluso, que dependemos totalmente del poder de Dios, pero vivimos como si nuestro esfuerzo y capacidad fueran lo que realmente importa. Pero al hacer frente a una situación que no podemos controlar, el temor tiende a hacerse cargo de la situación. No podemos preservar nuestra salud. No podemos recuperar nuestra reputación. No podemos reconciliar nuestras relaciones rotas. No podemos salvarnos de nuestro pecado. Sólo nos queda depender de la gracia y el poder de Dios. ¿Has llegado al punto de hacer una oración desesperada? El miedo puede ser poderoso, pero la gracia de Dios en Cristo es mucho más poderosa. ¡Alabado sea Dios por su maravillosa gracia!
Dios misericordioso, soy indigno de tu bondad y fidelidad. Perdóname y rescátame, Señor. Pongo mi confianza solo en ti. Por el amor de Jesús. Amén.
Jacob es uno de mis personajes favoritos de la Biblia. Pero no creo que me hubiera gustado tanto si lo hubiese conocido al principio de su vida. Era astuto, manipulador y hábil. Actuaba por interés propio y no pensaba mucho en los demás. Pero Dios lo amaba, y el libro de Génesis muestra cómo Dios persiguió y ablandó el corazón de Jacob hasta que finalmente comprendió que la bendición de Dios viene sólo por gracia. Esa verdad cambió la actitud de Jacob hacia Dios y hacia los demás. Y esa es una lección que todos necesitamos aprender. Puede que nuestros desafíos y pecados no sean los mismos que los de Jacob, pero necesitan de igual manera el poder transformador de Cristo. Todos necesitamos profundamente la seguridad de que Dios nos salvará. Y por su gracia, todos los que creen en Jesucristo, el Hijo de Dios, como Salvador, serán transformados para disfrutar de una vida plena con él para siempre.
Joel Vande Werken
Joel Vande Werken ha sido pastor desde el año 2007, sirviendo en iglesias en Sussex, Nueva Jersey, y en Whitinsville, Massachusetts. Él y su esposa, Brandie, tienen cuatro hijos pequeños.