Génesis 31:1-21
DE NUEVO EN MARCHA
“Yo soy el Dios que se te apareció en Betel… Levántate y vete de este lugar; regresa a la tierra donde naciste”.Génesis 31:13
¿Cómo respondes a las decepciones y dificultades de la vida? ¿Te quedas y enfrentas tus luchas, o te das la vuelta y huyes? Jacob parece decidirse por la segunda opción. Aun cuando Dios mismo le había hablado y ordenado irse de aquella tierra, Jacob se marcha sin decirle nada a su suegro. Él obedece a Dios, es cierto, aunque su manera de hacerlo no habla bien de su confianza en Dios. Responder adecuadamente a los desafíos de la vida no es algo simple.
El miedo y la incertidumbre no son obstáculos para que Dios nos enseñe a depender de su fidelidad. Jacob vuelve a escuchar la voz de Dios, que le recuerda la noche en que huyó de casa de sus padres. Esa ocasión Dios le mostró a Jacob, el fugitivo sin nada a su nombre, una escalera al cielo. Ahora, nuevamente, en otra de sus huidas, Dios le reitera a Jacob que su favor nos lo hace llegar como un regalo.
El apóstol Pablo afirma que nuestro pecado frustra muchas veces nuestro deseo de hacer el bien (Romanos 7:18-25). Cuando alguien nos ofende, tendemos a responder de manera pecaminosa. Huimos de nuestras decepciones y nos volvemos resentidos y mezquinos cuando enfrentamos dificultades. Aun así, Dios no desiste de buscarnos de manera amorosa. Él nos recuerda que el camino al cielo está en la obra terminada de Jesús, que cubre incluso nuestros esfuerzos equivocados por seguir los caminos de Dios.
Amado Dios, gracias por buscarnos y enviar a Jesús para rescatarnos del pecado. Por tu Espíritu, te pedimos que aprendamos a vivir para ti. En el nombre de Jesús, amén.