12 de octubre del 2023
Génesis 31:22-44
EL REMEDIO CONTRA LA INJUSTICIA
“Jacob se enojó y le reclamó a Labán con estas palabras: ¿Qué falta cometí?”.Génesis 31:36
La mayoría de nosotros aprendemos desde pequeños que hay personas difíciles en las que no se puede confiar. El suegro de Jacob, Labán, era una persona así. Tal vez sorprenda escuchar que Jacob tenga que escaparse de la casa de su suegro, pero es fácil entenderlo al enterarnos cómo era su vida allí. Esto no quiere decir que Jacob mismo fuese inocente del todo. Es cierto que ahora le ha tocado sufrir las triquiñuelas de su suegro, pero él ya antes había engañado a su propia familia. Su esposa Raquel también robó los “dioses del hogar” de su padre, y tuvo que mentir para no ser descubierta. Al dejar salir a la luz veinte años de amargura reprimida contra Labán, Jacob hace una declaración importante: “De no haber estado conmigo el Dios… que adoraba mi padre Isaac”. Poco a poco, Jacob comienza a reconocer su necesidad de la presencia de Dios, y su incapacidad para manipular las cosas a su antojo. ¿Le sorprende la manera en que Dios usa la injusticia de Labán para mostrar a Jacob la importancia de su presencia? Por supuesto que es desagradable tratar con personas difíciles, pero en nuestro trato con ellas podemos aprender de la paciencia y la misericordia que Dios tiene con nosotros. Él no nos deja solos, sino que por medio de su Espíritu nos protege de los efectos de los pecados de los demás, y de los nuestros.
Protégenos, Dios todopoderoso, de los designios de las personas que nos hacen daño. Sálvanos también de nuestros propios caminos engañosos, por amor de Jesús. Amén.
Jacob es uno de mis personajes favoritos de la Biblia. Pero no creo que me hubiera gustado tanto si lo hubiese conocido al principio de su vida. Era astuto, manipulador y hábil. Actuaba por interés propio y no pensaba mucho en los demás. Pero Dios lo amaba, y el libro de Génesis muestra cómo Dios persiguió y ablandó el corazón de Jacob hasta que finalmente comprendió que la bendición de Dios viene sólo por gracia. Esa verdad cambió la actitud de Jacob hacia Dios y hacia los demás. Y esa es una lección que todos necesitamos aprender. Puede que nuestros desafíos y pecados no sean los mismos que los de Jacob, pero necesitan de igual manera el poder transformador de Cristo. Todos necesitamos profundamente la seguridad de que Dios nos salvará. Y por su gracia, todos los que creen en Jesucristo, el Hijo de Dios, como Salvador, serán transformados para disfrutar de una vida plena con él para siempre.
Joel Vande Werken
Joel Vande Werken ha sido pastor desde el año 2007, sirviendo en iglesias en Sussex, Nueva Jersey, y en Whitinsville, Massachusetts. Él y su esposa, Brandie, tienen cuatro hijos pequeños.