Salmo 71:1-24
DIOS NO TE DEJARÁ SOLO
“Sé para mí una roca de refugio, adonde recurra yo continuamente. Porque tú eres mi roca y mi fortaleza”.Salmo 71:3
La vejez llega, por lo general, con una maleta cargada de preocupaciones. Tiene un compartimiento que se llama “salud”, que, en algunos casos, ocupa gran parte del equipaje. Junto a éste hay otro apartado llamado “economía”, al que la salud, por cierto, tiende a apretar. Pero a veces la más sigilosa es la soledad, que puede estar ahí aun si hay dinero y salud. Es triste ver ancianos olvidados de sus hijos, abandonados por los amigos, y, en ocasiones, convertidos en la burla de los más jóvenes.
El Salmo 71 es una oración escrita por una persona de edad avanzada. Su preocupación mayor no es que se haya quedado solo, sino que sea víctima de los ataques de sus enemigos. ¿Cuál es su petición? Él pide a Dios que no lo deje quedar en vergüenza, ni le abandone cuando sus fuerzas se agoten. Él confía en que su Dios no lo dejará a merced de sus enemigos.
Su confianza descansa sobre una base segura. La gente y las cosas cambian, pero quien nunca cambia es Dios quien es la roca de refugio adonde podemos venir continuamente. Aunque nuestro cuerpo se vuelva más frágil, nuestra confianza se vuelve más robusta. Cuando tenemos a Dios como nuestro refugio, no solo vamos a estar a la defensiva ante las amenazas que nos rodean. También vamos a poder alabar su nombre y dar testimonio de sus hechos de salvación todo el día.
Señor, sé nuestra roca de refugio para que podamos acudir a ti con confianza en momentos de fortaleza o de debilidad. En Jesús, Amén.