Jeremías 17:14-17
ESPERANZA PARA EL CORAZÓN HERIDO
“Sáname tú, Señor, y seré sanado; sálvame tú, y seré salvado,pues sólo a ti te alabo”.Jeremías 17:14
Hay secuelas de la guerra que a veces nos cuesta imaginar. Sé de un soldado que resultó gravemente herido durante un enfrentamiento. Un proyectil explotó cerca de su posición y recibió muchos fragmentos de metralla. Más tarde, en un hospital improvisado, un cirujano extrajo los fragmentos de proyectil más grandes. Pero los más pequeños quedaron en su cuerpo por el resto de su vida. Como resultado, tenía dificultades para pasar a través de los escáneres de seguridad porque las piezas de metal debajo de su piel activaban las alarmas.
La mayoría de nosotros no experimentamos eventos tan traumáticos como la guerra o el desarraigo. Sin embargo, todos podemos llevar fragmentos de nuestros traumas del pasado. Puedes sentir que no hay forma de disfrutar tu vida plenamente debido a las graves heridas que experimentas de tiempo atrás. Son heridas que duelen en nuestro diario vivir.
La Biblia nos enseña a volvernos al Señor en cada situación, particularmente en nuestras heridas y luchas. Aunque podamos sentir dolor o sentirnos perseguidos por viejos recuerdos, Dios está más cerca de lo que creemos. Como el profeta Jeremías, podemos apoyarnos en el Señor con fe. Intelectualmente podemos saber que el Señor sana y salva. Pero cuando confiamos plenamente en él, su salvación y paz se convierten en nuestra realidad personal.
Padre, libéranos de las cargas de viejos traumas y amargos recuerdos. Danos un corazón de alabanza asegurándonos de tu amor y salvación en Jesús. Te lo pido en su nombre, Amén.