Proverbios 15:1-4
PRACTICANDO MANSEDUMBRE
“La respuesta amable calma el enojo; la respuesta violenta lo excita más”.Proverbios 15:1
Piensa en un momento en que alguien te hizo enojar. Quizás te obstruyeron el paso en el tráfico. Quizás hicieron un comentario grosero en las redes sociales. O tal vez alguien te hizo quedar en ridículo, y sentirte avergonzado delante de tus compañeros. En cualquiera de estas situaciones, es fácil responder poniéndonos a la defensiva.
Pero si actuamos con ira, sólo hace que la situación empeore. Nuestra naturaleza pecaminosa quiere vengarse de la persona que nos ha ofendido, pero ese no es el enfoque pacífico que las Escrituras nos llaman a poner en práctica. Nuestro proverbio de hoy apunta al camino que Jesús enseña a sus discípulos: “Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas” (Mateo 11:29). Esta es una de las pocas veces que Jesús usa sus atributos como ejemplo. Él es gentil y humilde de corazón y así debemos ser sus seguidores.
Como Jesús también ejemplifica, hay lugar para sentir molestia como en situaciones donde se burlan de Dios o donde se permite la injusticia (ver Marcos 11:15-17), pero esos momentos a veces no son tan frecuentes. Y Pablo pone límites claros al enojo en nuestras vidas en Efesios 4:26, “Si se enojan, no pequen” (ver también Salmo 4:4). Esa es la manera en que Jesús actúa. La próxima vez que alguien te haga enojar, ¿cómo podrías responder con un espíritu amable?
Señor lléname de humildad y de un espíritu amable, que pueda mostrar tu amor a las personas que me rodean. Quita de mí el enojo, la ira, para poder ser como tú. Amén.