Josué 10:12-15
MILAGRO CELESTIAL
"Josué le habló al Señor...y dijo: «Párate, sol, en Gabaón; párate, luna, en el valle de Ajalón». Y el sol y la luna se detuvieron”.Josué 10:12-13
Seguramente has escuchado hablar de hombres o mujeres de oración. ¿Qué es lo que identifica a una persona así? ¿El tiempo que le dedica? ¿Su dependencia del Señor? ¿La respuesta a sus oraciones? ¿El poder de la oración? No sé por cual respuesta se incline, pero a mí me llama la atención una persona que vive en una intimidad con Dios tal que simplemente abre sus labios y Dios le concede su petición.
Ése es el caso de Josué, el gran líder israelita. En un relato bastante breve, leemos que Josué habló al Señor, dando una orden al sol y la luna para que se detuvieran. Y el milagro ocurrió. Mucha gente sigue discutiendo si una lectura literal del texto es posible. Por ejemplo, unos investigadores de la Universidad de Cambridge afirman que el registro bíblico en realidad se refiere al eclipse más antiguo que haya sido documentado.
Haciendo a un lado las interpretaciones de lo que haya ocurrido, llama la atención la confianza que Josué demuestra en que su oración será contestada. No me atrevería a hablar tanto del poder de la oración de Josué como del poder del Dios de Josué para responder a su oración. Pero si ha leído el libro de Josué se habrá dado cuenta que él era un hombre entregado a Dios. Y cuando una persona se entrega a Dios como Josué lo hizo, puede esperar grandes cosas de lo alto.
Dios todopoderoso, en el nombre de Jesús, enséñame a orar y a estar listo para recibir tus dones. Amén.