05 de junio del 2023
Juan 11:34-46
LLANTO Y ORACIÓN
"...y Jesús, mirando al cielo, dijo: —Padre, te doy gracias porque me has escuchado". Juan 11:41
Este pasaje bíblico nos muestra un momento emblemático de la vida terrenal de Jesús. El maestro estaba ocupado en su ministerio cuando recibe una petición de las hermanas de Lázaro, un amigo suyo, quien estaba muy enfermo. Sin embargo, seguro de su misión y consciente de lo que debía hacer, Jesús se quedó dos días más en la región donde se encontraba. Cuando Jesús decide ir en ayuda de su amigo, ya Lázaro estaba muerto y depositado en un sepulcro. Allí, el Hijo de Dios muestra su humanidad plena al llorar por su amigo. Pero lo que más resalta es la total comunión de Jesús con el Padre Celestial. Jesús ora a Dios en una forma que todos pudieran escucharlo: "Padre, te doy gracias porque me has escuchado". Y acto seguido obra un gran milagro, resucitando a su querido amigo. Me encanta la frase que Jesús utiliza al momento de la oración: “Yo sé que siempre me escuchas”. Aunque algunos de quienes escucharon su oración dudaban de que así fuese, los creyentes en él sabemos que así es con certeza. La incertidumbre que a veces asalta nuestros corazones es si Dios nos escucha a nosotros. Si ése es su caso, Dios tiene una promesa para sus hijos: “Tenemos confianza en Dios, porque sabemos que, si le pedimos algo conforme a su voluntad, él nos oye” (1 Juan 5:14). ¿Cuida usted de orar en sintonía con la voluntad de Dios?
Enséñame a comprender tus designios, Padre santo y eterno, y a esperar tu respuesta en el momento oportuno. Te lo pido en Cristo, amén.
Nuestro Dios no es alguien distante, que, como muchos piensan, se queda allí en el alto del cielo, sentado en su trono, como un espectador que todo lo ve. ¡No! Nuestro Dios es un Dios que se relaciona, y la forma más significativa que tenemos para comunicarnos con Él es a través de la oración. A diferencia de Moisés, que habló con Dios cara a cara, nosotros tenemos la oportunidad de hacernos escuchar por el Creador a través de Cristo, nuestro Sumo Sacerdote. Algunos hombres y mujeres tuvieron el honor de estar en persona con Jesús, el Hijo del Dios Altísimo, pero muchos lo ignoraron a él y a otros. ¿Cuándo oras y cuántas veces lo haces? ¿Solo en las ocasiones en que te reúnes en la iglesia? ¿Cada vez que enfrentas dificultades o necesitas tomar una decisión? Adquiera el hábito de hablar con Dios diariamente. Haga de su vida sinónimo de oración y las respuestas que escuchará del Dios de la vida le sorprenderán.
Edison Souza
Periodista y Presbítero en La Iglesia Presbiteriana de Campinas, São Paulo, Brasil.