Salmos 138:1-8
UN COMPROMISO SINCERO
“Te daré gracias, Señor, de todo corazón; te cantaré himnos delante de los dioses. Me arrodillaré en dirección a tu santo templo…”.Salmo 138:1-2
Tal vez ni siquiera te hayas dado cuenta, pero la llegada de las redes sociales ha hecho que nuestras relaciones se hayan vuelto superficiales y efímeras. No quiero decir con esto que haya que volver a los tiempos en que la comunicación se efectuaba mediante cartas y telegramas. Me refiero más bien a que con las opciones a nuestra disposición apenas si nos queda tiempo para un momento a solas con Dios.
La oración es nuestro tiempo íntimo con el Padre. Podemos entonar cantos de alabanza y aprender versículos bíblicos de memoria, pero nada de esto substituye nuestro tiempo diario de oración. La oración es necesaria para tener una relación íntegra y sincera con Dios. Y en este tiempo en que muchas cosas tienden a distraer nuestra atención, es fácil dedicarles nuestra devoción a los ídolos del entretenimiento, el trabajo y hasta del activismo dentro de la iglesia. En lugar de desafiar a estos ídolos, le damos el lugar que solo le corresponde a Dios.
Nuestro Dios merece una vida comprometida en la que la oración sincera sea un ingrediente indispensable. En cada momento de la vida debemos mostrar nuestra dependencia del Dios eterno. Si nuestro Señor Jesucristo se distinguía por su tiempo de comunión con el Padre, nosotros debemos seguir su ejemplo. Digámosle a Dios: ¡Señor, tú eres mi Dios y a ti me rindo!
Oh, Dios, sé que he fallado al descuidar mi tiempo de oración. Ayúdame a buscarte y restaura en mí el deseo de pasar tiempo en oración. En el nombre de Jesús, amén.