20 de junio del 2023
Job 42:1-9
ORAR ES VIVIR EN CONEXIÓN CON EL PADRE
“Hasta ahora, sólo de oídas te conocía, pero ahora te veo con mis propios ojos”. Job 42:5
“Todos los caminos llevan a Roma”, es un dicho que nos recuerda la grandeza del imperio romano. Dado que Roma era el centro del imperio, el sistema carretero estaba diseñado para que todos los caminos tuvieran esta ciudad como destino final. En el terreno espiritual hoy está de moda la frase, “Todos los caminos conducen al mismo Dios”. Solo que, en este caso, no hay ingeniería religiosa que pueda asegurar que llegarán a ese destino final. La razón es simple: el único camino al Padre es Jesucristo. Aun así, quienes conocen al Dios verdadero, y gozan de una comunión con él, tienen todavía un conocimiento imperfecto de Dios. Esto, en lugar de desalentarle, debiera animarle a crecer en su conocimiento de Dios. Piensen en el caso de Job. Tal y como la Biblia lo describe él era “hombre perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal”. Sin embargo, al final de su libro, él confiesa humildemente su conocimiento limitado del Altísimo. “Hasta ahora, sólo de oídas te conocía, pero ahora te veo con mis propios ojos”. Es cierto que no podemos esperar tener una experiencia similar a la de Job. Pero los creyentes, en quienes el Espíritu Santo mora, tienen la promesa de que Dios ha preparado para los que le aman “cosas que ojo no vio ni oído oyó”. Así que, ¡andemos con los ojos y los oídos bien abiertos!
Dios todopoderoso, quiero acercarme a ti, conocerte, sentirte, amarte y compartirte con todos los que se cruzan en mi camino. En Jesús, amén.
Nuestro Dios no es alguien distante, que, como muchos piensan, se queda allí en el alto del cielo, sentado en su trono, como un espectador que todo lo ve. ¡No! Nuestro Dios es un Dios que se relaciona, y la forma más significativa que tenemos para comunicarnos con Él es a través de la oración. A diferencia de Moisés, que habló con Dios cara a cara, nosotros tenemos la oportunidad de hacernos escuchar por el Creador a través de Cristo, nuestro Sumo Sacerdote. Algunos hombres y mujeres tuvieron el honor de estar en persona con Jesús, el Hijo del Dios Altísimo, pero muchos lo ignoraron a él y a otros. ¿Cuándo oras y cuántas veces lo haces? ¿Solo en las ocasiones en que te reúnes en la iglesia? ¿Cada vez que enfrentas dificultades o necesitas tomar una decisión? Adquiera el hábito de hablar con Dios diariamente. Haga de su vida sinónimo de oración y las respuestas que escuchará del Dios de la vida le sorprenderán.
Edison Souza
Periodista y Presbítero en La Iglesia Presbiteriana de Campinas, São Paulo, Brasil.