16 de junio del 2023
Proverbios 15:1-9
LA ORACIÓN QUE AGRADA A DIOS
“El Señor no soporta las ofrendas de los malvados, pero recibe con agrado la oración de los justos”.Proverbios 15:8
¿Se imagina a un creyente que no le gusta la oración o no aparta un tiempo regular para hablar con el Padre celestial? Es algo que puede sonar extraño, pues la oración es el recurso que los creyentes en Jesucristo tienen a la disposición para llegar hasta el trono celestial. Ese solo hecho debería hacerles recapacitar para no descuidar un elemento esencial de la vida cristiana. Pero el pasaje de hoy nos ofrece un incentivo mayor para cultivar la oración: Dios “recibe con agrado la oración de los justos”. ¿No le alegra saberlo? Dios nunca está tan ocupado como para no atender las oraciones de sus hijos. No hay forma en que la respuesta que escuchemos es “deje su mensaje y le atenderemos más tarde”. Al contrario, las oraciones de su pueblo santo alegran el corazón de Dios. Y aun cuando nuestro corazón se llene de temor de no ser escuchado, tenemos acceso a través de nuestro gran Sumo Sacerdote, quien nos invita a venir confiadamente al Padre. Por eso, debe reflexionar: ¿Cómo es su relación con Dios? Si solo le busca en tiempos de apuros, reconsidere su actitud. No pierda la oportunidad de cultivar la intimidad con Dios de modo que no resulte un extraño en su reino. Y por cierto, ¿ya alegró este día el corazón de Dios? Es él quien le invita a venir, a tocar, a llamar, con la seguridad de que será escuchado.
Querido Padre, te pido perdón por descuidar a veces mi comunión contigo. Ayúdame a venir a ti por medio de tu Hijo Jesucristo, amén.
Nuestro Dios no es alguien distante, que, como muchos piensan, se queda allí en el alto del cielo, sentado en su trono, como un espectador que todo lo ve. ¡No! Nuestro Dios es un Dios que se relaciona, y la forma más significativa que tenemos para comunicarnos con Él es a través de la oración. A diferencia de Moisés, que habló con Dios cara a cara, nosotros tenemos la oportunidad de hacernos escuchar por el Creador a través de Cristo, nuestro Sumo Sacerdote. Algunos hombres y mujeres tuvieron el honor de estar en persona con Jesús, el Hijo del Dios Altísimo, pero muchos lo ignoraron a él y a otros. ¿Cuándo oras y cuántas veces lo haces? ¿Solo en las ocasiones en que te reúnes en la iglesia? ¿Cada vez que enfrentas dificultades o necesitas tomar una decisión? Adquiera el hábito de hablar con Dios diariamente. Haga de su vida sinónimo de oración y las respuestas que escuchará del Dios de la vida le sorprenderán.
Edison Souza
Periodista y Presbítero en La Iglesia Presbiteriana de Campinas, São Paulo, Brasil.