12 de junio del 2023
Salmos 139:1-24
DIOS CONOCE NUESTRO CORAZÓN
"Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón, pruébame y conoce mis pensamientos".Salmo 139:23
¡Qué oración más profunda! ¿no le parece? Es la petición con la que termina este salmo en el que David alaba el conocimiento, la omnipresencia y el control soberano de Dios sobre todas las cosas. Y consciente de que no hay nada oculto a los ojos de Dios, él derrama su alma ante el Señor y pide a Dios que examine su corazón. Esta es una oración que los creyentes nos apropiamos a menudo. Aunque al hacerlo, ¿estamos conscientes de lo que pedimos? ¿Cuántas cosas saldrían a la luz que ni siquiera nosotros a veces nos damos cuenta? Dios sabe de antemano lo que haremos y, esto, incluso antes de que la idea llegue a nuestra mente. Si tomáramos eso en cuenta con más frecuencia tal vez pensaríamos más antes de actuar, y buscaríamos con más diligencia lo que a Dios le agrada. Si tiene algo de temor de orar así no está solo. Todos tenemos actitudes y pensamientos que desagradan al Señor como el apóstol Pablo mismo llegó a reconocer (Romanos 7:18). Pero gracias a Dios que para los que estamos en Cristo, él nos da el poder de vivir una vida justa, una vida de la que no tengamos por qué avergonzarnos. ¡Qué privilegio tenemos quienes somos llamados a ser hijos de Dios! Con esto en mente, no tengamos temor de pedir a Dios que escudriñe nuestro corazón cada minuto, día y hora de nuestra vida. Y si hay algo que corregir, él nos lo indicará.
Mi petición hoy, Señor, es que siempre examines mi corazón y me purifiques. Te lo pido en Cristo, amén.
Nuestro Dios no es alguien distante, que, como muchos piensan, se queda allí en el alto del cielo, sentado en su trono, como un espectador que todo lo ve. ¡No! Nuestro Dios es un Dios que se relaciona, y la forma más significativa que tenemos para comunicarnos con Él es a través de la oración. A diferencia de Moisés, que habló con Dios cara a cara, nosotros tenemos la oportunidad de hacernos escuchar por el Creador a través de Cristo, nuestro Sumo Sacerdote. Algunos hombres y mujeres tuvieron el honor de estar en persona con Jesús, el Hijo del Dios Altísimo, pero muchos lo ignoraron a él y a otros. ¿Cuándo oras y cuántas veces lo haces? ¿Solo en las ocasiones en que te reúnes en la iglesia? ¿Cada vez que enfrentas dificultades o necesitas tomar una decisión? Adquiera el hábito de hablar con Dios diariamente. Haga de su vida sinónimo de oración y las respuestas que escuchará del Dios de la vida le sorprenderán.
Edison Souza
Periodista y Presbítero en La Iglesia Presbiteriana de Campinas, São Paulo, Brasil.