Salmos 19
CURA POR LA PALABRA
“La enseñanza del Señor es perfecta, porque da nueva vida. El mandato del Señor es fiel, porque hace sabio al hombre sencillo” Salmos 19:7
Dios se reveló en la naturaleza y también en su Palabra. David habla de la revelación general (Sal. 19:1-6) y de la revelación especial de Dios (Sal. 19:7-14). Aquí hace varias declaraciones importantes: La Palabra es perfecta y fiel; recta y pura; clara y verdadera. David habla de los efectos de la Palabra: restaura el alma y da sabiduría a los simples; ilumina el corazón e ilumina los ojos. La Palabra de Dios permanece para siempre. Es más preciosa que el oro y más dulce que la miel.
Guardar la Palabra de Dios es mejor que guardar tesoros. Penetra en lo profundo de nuestra alma y discierne los secretos de nuestros corazones. Es a través de ella que Dios nos llama a la salvación y nos santifica. Ella es la espada del Espíritu, un arma de combate. Es la semilla divina que fructifica para la vida eterna. La Palabra es fuego que quema la impureza; es martillo que quebranta toda resistencia; es luz para los perdidos; pan para los hambrientos y leche para los neófitos.
A través de ella, Dios restaura nuestras almas y sana las heridas de nuestros corazones. Por la Palabra vivimos y por ella morimos. Ella es nuestro deleite y el placer de nuestra alma. Debemos conocerla, obedecerla y proclamarla. Aquellos que lo hacen caminan en la luz, hacen la voluntad de Dios, son exitosos en la vida.
Señor, te agradezco por tu Palabra. Ella es mi luz y consejera. En el nombre de Jesús, amén.