Proverbios 22:1-6
UNA BUENA EDUCACIÓN
“Dale buena educación al niño de hoy, y el viejo de mañana jamás la abandonará”.
Proverbios 22:6
Hay padres que juegan un papel imperceptible en la vida de sus hijos aun estando en el hogar. Son padres que no se involucran ni emocional, ni intelectualmente en sus vidas. Además de la escuela, los pequeños necesitan que sus padres les provean de oportunidades de aprendizaje y los ayuden a desarrollar ciertas habilidades.
Pero hay una razón más por la cual los padres deberían ocuparse en la instrucción de los hijos: el desarrollo espiritual. Cuando leemos las Escrituras, encontramos que estas dan evidencia de una preocupación especial de Dios por los niños. La Biblia no aboga por esa tendencia bastante popular de dejar que los niños hagan lo que quieran, y que así lleguen a viejos. Se trata de padres que fallan en poner normas, límites y disciplina en la crianza de los hijos.
La Biblia nos dice que la responsabilidad de los padres va más allá de proveer a los hijos de un techo, un apellido y una familia. Dios nos concede un lugar primordial en la formación de los hijos, y nosotros podemos marcar una diferencia en su vida. No se trata de llevarlos y dejarlos en la iglesia, o que reciten unos versículos de memoria; es un compromiso genuino de transmitir la fe y las implicaciones que ésta tiene para toda la vida. Es una bendición que debemos recibir con alegría, y con la confianza de que, algún día, veremos los frutos de este esfuerzo.
Te agradecemos, Señor, la oportunidad que nos das de dejar un legado en las generaciones futuras. Ayúdame a formarlos como tú lo deseas para bien de ellos. En Cristo, amén.