28 de junio del 2022
Hebreos 12:12-17
MAS VALE QUE DIGAN; “AQUÍ CORRIÓ”
“Así pues, renueven las fuerzas de sus manos cansadas y de sus rodillas debilitadas”.
Hebreos 12:12
La vida es como una carrera. Algunos ya están cerca de la meta, otros apenas acaban de escuchar el disparo de salida. Para algunos será una maratón, mientras que para otros tal vez sea una distancia corta. Y como en toda carrera, cada uno debe prepararse adecuadamente para llegar a la meta y terminar bien.
La vida cristiana también es como una carrera. “Corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante”, nos anima en el primer versículo (12:1). Pero ¿qué puede hacer una persona cuando las fuerzas faltan, las lesiones se acumulan, o el camino parece demasiado molesto? ¿Pueden cosas como éstas servir de excusa para desistir y abandonar la carrera?
En la vida cristiana, renunciar a la fe no es una opción. Haber recorrido cierta distancia, no nos genera puntos a favor. Buscar atajos que nos parezcan menos riesgosos no es la solución. El único camino es seguir corriendo por la ruta que Dios nos ha trazado para llegar a nuestro destino. Y para lograrlo no hay soluciones rápidas, servicios express, o píldoras de alivio instantáneo. Mejorar el acondicionamiento físico no se logra de la noche a la mañana, y tampoco sucede en el terreno espiritual. Se trata de establecer una vida robusta de oración, de un hábito de lectura de la Biblia, de una comunión constante en la adoración a Dios. Así que más vale que digan; “Aquí corrió”.
Señor, te ruego revises mi condición espiritual, y veas si hay en mí algún área en que necesito mejorar. En el
nombre de Jesús, amén.
El tema del devocional de este mes es “Escuchar la voz de Dios”. Dios es un Dios de amor, pero se molesta cuando se le desobedece o cuando no hacemos su voluntad. Desde finales de 2019 la humanidad está sufriendo el coronavirus que se ha convertido en una terrible pandemia. Algunos seres queridos, amigos y familiares han perdido la batalla contra el virus y muchas personas se preguntan: ¿Por qué Dios permite tantas muertes? En la Biblia hay numerosos relatos de enfermedades y plagas que azotaron al pueblo, pero Dios nunca apartó su rostro, ni lo ignoró, ni abandonó a su pueblo a su suerte. Nuestro Dios tiene el control de todo y ni un cabello cae de nuestra cabeza sin su permiso. Pero es necesario comprender y analizar cuál es el mensaje que él quiere enviarnos cuando permite cosas como las que hemos vivido suceden. ¡Disfrute de su lectura!
Edison Souza
Periodista y Anciano en la Iglesia Presbiteriana de Campinas, São Paulo, Brasil.