20 de junio del 2022
Amós 5:1-17
BUSCANDO A DIOS
“Busquen el bien y no el mal, y vivirán...”
Amós 5:14
Las profecías de Amós se centraban directamente en el pecado y la injusticia social. El Señor ya había enviado varias advertencias al pueblo como el hambre, la sed, las plagas, las derrotas militares, pero el pueblo se negó a ver la mano de Dios en estos acontecimientos. La palabra del Creador a través del profeta es más que clara: “Acudan al Señor, y vivirán…Yo conozco sus muchas maldades y sus pecados sin fin… ¡Odien el mal! ¡Amen el bien!”.
Estas palabras van dirigidas al pueblo de Dios, a gente como tú y yo que asiste a una iglesia, que se distingue por su participación entusiasta y hasta profesa doctrinas esenciales de la fe cristiana. Ante los ojos de cualquiera de sus hermanos en la fe, hasta pudiera considerársele el cristiano ideal, pero no a los ojos de Dios. Los profetas de Israel no se mordieron la lengua al hablar del pecado del pueblo, al permitir que prácticas graves como el soborno y la injusticia fueran aceptadas.
Debemos dar gracias a Dios que no nos deje sin mensajeros que en el momento oportuno nos adviertan de nuestros errores. Aunque hay a quienes no les gusta, eso es señal de que Dios se preocupa por ti, por mí. El Señor de la vida exige de nosotros fidelidad a su palabra y amor a él y a nuestros semejantes. ¿Es mucho pedir? “Buscad el bien y no el mal, para que viváis”, dice el Señor Dios.
Señor, quiero reflejar tu luz. Que las personas que se acerquen a mí sientan tu presencia. Ayúdame en este objetivo. En el nombre de Jesús, Amén.
El tema del devocional de este mes es “Escuchar la voz de Dios”. Dios es un Dios de amor, pero se molesta cuando se le desobedece o cuando no hacemos su voluntad. Desde finales de 2019 la humanidad está sufriendo el coronavirus que se ha convertido en una terrible pandemia. Algunos seres queridos, amigos y familiares han perdido la batalla contra el virus y muchas personas se preguntan: ¿Por qué Dios permite tantas muertes? En la Biblia hay numerosos relatos de enfermedades y plagas que azotaron al pueblo, pero Dios nunca apartó su rostro, ni lo ignoró, ni abandonó a su pueblo a su suerte. Nuestro Dios tiene el control de todo y ni un cabello cae de nuestra cabeza sin su permiso. Pero es necesario comprender y analizar cuál es el mensaje que él quiere enviarnos cuando permite cosas como las que hemos vivido suceden. ¡Disfrute de su lectura!
Edison Souza
Periodista y Anciano en la Iglesia Presbiteriana de Campinas, São Paulo, Brasil.