Deuteronomio 20:1-9
LA VIDA A LA SOMBRA DEL CONFLICTO
“…No les tengan miedo…ustedes cuentan con el Señor su Dios…”
Deuteronomio 20:1
Deuteronomio 20:1
A pesar del terror que imponen, las guerras no apagan totalmente algunos de los momentos más brillantes de la vida. El romance, el matrimonio y las celebraciones de cumpleaños se celebran durante la guerra, a pesar de los inconvenientes y la escasez de alimentos y combustible.
El pueblo de Dios iba a la guerra cada vez que Él, los llamaba: “Tus amigos son nuestros amigos; tus enemigos son nuestros”, habían prometido a Dios cuando respondieron afirmativamente al pacto que Dios hizo con ellos (véase Éxodo 23:31-24:4). Por lo tanto, todos los hombres en edad de luchar dejarían sus hogares, familias y tierras. Había poco que pudiera liberarlos de la guerra. Claro que había algunas excepciones, y es que el pacto de Dios no olvida la compasión hacia las personas que por alguna razón no pueden ir a la guerra.
Para los cristianos no hay excepciones en la lucha contra el antiguo enemigo de Dios. El ataque sin tregua del diablo puede hacer que sea difícil en la vida disfrutar plenamente los dones que Dios nos da. Pero Cristo da fuerza para resistir y disfrutar de las bendiciones de Dios. A la sombra del conflicto piense el momento en que “no habrá más muerte o luto o llanto o dolor” (Apocalipsis 21: 4). Hasta entonces, no dejemos que el enemigo nos robe el gozo de la vida.
El pueblo de Dios iba a la guerra cada vez que Él, los llamaba: “Tus amigos son nuestros amigos; tus enemigos son nuestros”, habían prometido a Dios cuando respondieron afirmativamente al pacto que Dios hizo con ellos (véase Éxodo 23:31-24:4). Por lo tanto, todos los hombres en edad de luchar dejarían sus hogares, familias y tierras. Había poco que pudiera liberarlos de la guerra. Claro que había algunas excepciones, y es que el pacto de Dios no olvida la compasión hacia las personas que por alguna razón no pueden ir a la guerra.
Para los cristianos no hay excepciones en la lucha contra el antiguo enemigo de Dios. El ataque sin tregua del diablo puede hacer que sea difícil en la vida disfrutar plenamente los dones que Dios nos da. Pero Cristo da fuerza para resistir y disfrutar de las bendiciones de Dios. A la sombra del conflicto piense el momento en que “no habrá más muerte o luto o llanto o dolor” (Apocalipsis 21: 4). Hasta entonces, no dejemos que el enemigo nos robe el gozo de la vida.
Dios de gracia, ayúdanos a ser fieles mientras esperamos la plenitud de tu gloria en esta tierra. En Jesús oramos, amén.
Este mes nuestro devocional se enfoca en el libro de Deuteronomio. Leyó bien. Si no fuera por la Biblia, tal vez nunca escucharía esa pa- labra en su vida. Pero allí está, y no debe ser muy difícil encontrarlo, pues se halla entre los primeros cinco libros de la Biblia. Lo más difícil es leerlo...y acatarlo.
Una vez que uno comienza la lectura, suena bastante familiar. Son historias y leyes que ya hemos escuchado antes. ¿Por qué gastar páginas en repetir lo que antes ya se ha mencionado? Buena pregunta. Porque ahora se trata de una generación y un escenario y audiencia diferente. Ahora Israel está listo para entrar a la tierra prometida. El libro es un compendio de historia y normas, que equivale a la constitución de un país. “Esta ley” describe un estilo de vida que distinguiría a Israel de las otras naciones y le enseñaría cómo vivir en la presencia de Dios.
¿No le parece que nosotros también necesitamos escuchar de nuevo, de manera fresca, la antigua historia? Acompáñenos en este mes, en este fascinante recuento de la forma en que Dios preparó a su pueblo para vivir en su presencia.
Arie Leder
Arie C. Leder fue maestro de Antiguo Testamento en el Seminario Calvino de Grand Rapids, Michigan. Él también sirvió como pastor en Canadá y fue misionero en América Latina por varios años. Arie ha dedicado gran parte de su carrera al estudio del pentateuco y los libros históricos.
Arie C. Leder fue maestro de Antiguo Testamento en el Seminario Calvino de Grand Rapids, Michigan. Él también sirvió como pastor en Canadá y fue misionero en América Latina por varios años. Arie ha dedicado gran parte de su carrera al estudio del pentateuco y los libros históricos.