Deuteronomio 15:7-11
EL CAMINO A SEGUIR
“Nunca dejará de haber necesitados en la tierra…”
Deuteronomio 15:11
A pesar de todos los programas sociales, el tiempo que se emplea y el dinero que se distribuye, la pobreza seguirá existiendo en el mundo. ¿Es eso lo que Dios quiere decir en nuestra lectura de hoy? ¿Es eso lo que Jesús quiso decir en Mateo 26:11: “Pues a los pobres los tendrán siempre entre ustedes”? La lectura de hoy no responde a esa pregunta. Más bien, reflexiona sobre cómo tratamos a las personas que tienen menos o están endeudadas. Nos llama a no manipular las leyes que establecen el perdón de la deuda, y a dar con un corazón abierto. Esto se aplica a los necesitados que están cerca de ti, como a los que están lejos.
En lugar de resolver el problema de la pobreza, Dios instruye a su pueblo a ser generoso con los necesitados. Esto sugiere que los necesitados no son los únicos con un problema. No tener suficiente es devastador. Pero disfrutar de la abundancia con un corazón egoísta, un puño apretado o una actitud despiadada hacia los pobres, pudre el alma.
Echar la culpa a los pobres por su pobreza es equivocado y quejarse del rico es una postura victimista. Cristo no absuelve a ninguno de sus discípulos de la práctica de la generosidad. Y de aquellos a quienes se les ha dado mucho, se espera mucho. No retengas a los demás la generosa entrega de Dios hacia ti. Siempre hay alguien que necesita algo.
Señor, que usemos tus dones. dones de enseñanza, donación liberal, aliento, mostrar misericordia, con generosidad y manos abiertas. En tu nombre oramos, amén.