Lucas 11:1-4
SEÑOR, ENSÉÑANOS A ORAR
“Una vez, Jesús estaba orando en un lugar; cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar…”.
Lucas 11:1
Los grandes hombres y mujeres del pueblo de Dios mencionados en la Biblia nos muestran la importancia de la oración. Por ejemplo, Moisés oró al Señor para que guiara y tuviera misericordia de su pueblo (Deuteronomio 9:26-29). Ana oró por un hijo, a quien dedicaría al servicio del Señor (1 Samuel 1:11).
Jesús, el Hijo de Dios, también oró, ¡y mucho! Los evangelios lo mencionan orando en diferentes escenarios y situaciones. En ocasiones se retiró a orar solo en las montañas, y, en otras, pasó noches enteras orando. También dio gracias por la comida que compartió con la multitud, y, por si no lo sabe, también intercedió por aquellos que creerían en él a través de los siglos. Así que, si es creyente en Jesucristo, él también oró por usted.
Puede que nos sorprenda que Jesús orara. Después de todo, él era el Hijo de Dios, entonces, ¿por qué tendría que orar? Ciertamente hay un misterio aquí, pero la vida de oración de Jesús nos recuerda que este hábito es una pieza vital en nuestra comunión con el Padre celestial. Si usted desea servirle, no hay nada más refrescante y renovador que estar en comunicación con Dios. Por eso, al ver el compromiso de Jesús con la oración, sus discípulos quisieron aprender de él. ¿Y a quién, sino al mismo Jesús, es mejor acudir si queremos aprender a orar?
Señor Jesús, con tu ejemplo y tu pasión, enséñanos a orar. Guíanos para acercarnos más a ti y ayúdanos a hacer tu voluntad en el mundo. Amén.