26 de enero del 2022
Salmo 141:1-10
GUARDANDO NUESTRA BOCA
“Señor, ponle a mi boca un guardián; vigílame cuando yo abra los labios”. Salmo 141:3
¿Alguna vez alguien le ha dicho que habla demasiado? O tal vez usted mismo se haya dado cuenta que le cuesta mantenerse callado cuando debería hacerlo. Muchos de nosotros somos mucho mejores para hablar que para escuchar. Algunos hablamos antes de pensar, y a veces hablamos cosas de más, y con demasiada frecuencia hablamos de cosas que no sabemos absolutamente nada.
Si usted cree estar inmune a este problema, es bueno que recuerde que aun los grandes hombres de Dios cayeron en el error de hablar de más. ¿Ha oído hablar del patriarca Job? Aun este hombre justo tuvo que admitir que habló de más, al decir, “Yo estaba hablando de cosas que no entiendo” (Job 42:3). Algunas veces somos culpables de usar lo que el apóstol Pablo llama “palabras corrompidas”, y, a menudo, también decimos cosas que no edifican a nadie, sino que lastiman a la otra persona.
Algunos de nosotros tenemos que hacer lo que Job hizo: “…prefiero guardar silencio” (Job 40:4). O como lo hace el salmista, debemos pedirle al Señor que ponga un guardián sobre nuestra boca. Santiago sugiere que debemos “estar listos para escuchar” y “ser lentos para hablar” (Santiago 1:19). Y Jesús dice que un día tendremos que dar cuenta de cada palabra vacía u ociosa que hemos hablado (Mateo 12:36). Todos necesitamos la sabiduría de Dios en cómo hablar y cómo no hacerlo.
Por favor, Señor, ayúdanos a hablar sabiamente, para que podamos honrarte en Jesús, amen.
La impaciencia a veces nos lleva por senderos que pueden ser peligrosos. Cuántas veces hemos tomado un atajo en el camino o una decisión apresurada para después darnos cuenta que hubiera sido mejor esperar. No podemos correr más que nuestro bondadoso y sabio Dios, y conocer su voluntad envuelve pasar tiempo con él. Al comenzar este nuevo año, veremos en enero muchas experiencias diferentes mientras reflexionamos sobre los Salmos. La vida está llena de altibajos, victorias y fracasos, alabanzas y lamentos, y los Salmos les dan voz a todos. Estas canciones y oraciones no solo comparten el consejo y el consuelo de Dios, sino que también nos ayudan a encontrar una voz cuando ignoramos la sabiduría y necesitamos ayuda para volver a la normalidad.
Arthur Schoonveld
Art Schoonveld es un ministro jubilado de la Iglesia Cristiana Reformada. Antes de retirarse en 2001, sirvió a iglesias en California, Illinois y Michigan. Desde su jubilación ha trabajado a tiempo parcial para la denominación y ha servido como pastor interino. Art y su esposa, Anita, tienen cuatro hijos y nueve nietos.