19 de abril del 2024
Romanos 12:9-21
VIVIR EN ARMONÍA
“Vivan en armonía unos con otros. No sean orgullosos, sino pónganse al nivel de los humildes. No presuman de sabios”. Romanos 12:16
La carta de Pablo a los Romanos está llena de teología. En la primera parte del libro, Pablo dedica mucho tiempo a explicar quién es Dios y lo que ha hecho por nosotros. Luego, Pablo lucha con preguntas del tipo “¿Y ahora qué?”. Es una parte práctica en la que muestra cómo el amor de Dios debe afectar nuestras vidas: Ser alegres, pacientes, fieles, generosos, hospitalarios. Bendice, llora, alégrate, incluso con tus enemigos, nos exhorta. Nuestro Dios ama las relaciones, y quiere que experimentemos la bendición de estar conectados. Nunca estuvimos destinados a ser independientes, autosuficientes o aislados. En Juan 17, Jesús mismo ora para que estemos unidos. Le pide a Dios que nos haga uno, como él es uno con el Padre y con el Espíritu Santo. Dios nos llama a vivir en armonía unos con otros, incluso con los que son diferentes de nosotros. Y cuando las personas viven en unidad, los demás se dan cuenta. La armonía es un poderoso testimonio para el resto del mundo. Es notorio ante los demás cuando los hermanos son hospitalarios, bondadosos, viven en armonía, en fin. Y claro, también se dan cuenta de lo contrario. La Iglesia de Cristo es diversa. Está llena de gente que no es como tú o como yo, igual que las notas de un acorde no son todas iguales. ¿Podemos trabajar por la armonía?
Señor, perdónanos por el pecado del orgullo. Haz de nosotros personas que vivan en unidad con los que no son como nosotros. En Jesús, Amén.
Mark Twain dijo, “Muchas personas se molestan por esos pasajes de la Escritura que no entienden, pero los pasajes que me molestan son esos que sí entiendo.” En otras palabras, tratar de vivir por lo menos con los mandamientos más básicos de la Biblia puede ser abrumador. En las clases prematrimoniales nosotros alentamos a las parejas a comenzar por las cosas que son claras: amarse el uno al otro, perdonarse el uno al otro, cuidarse mutuamente, apoyarse mutuamente, llevar las cargas el uno del otro. Nosotros animamos a la gente a ver las maneras en que Dios nos llama a interactuar con todos los “unos a otros” en nuestras vidas. Es muy claro que Dios se preocupa profundamente por nuestras relaciones. Una vez que comenzamos a entender nuestra relación con nuestro Creador y Redentor, el próximo paso es amar a nuestro prójimo. Jesús nos dice en Mateo 22:37-38 que el primer mandamiento es amar al Señor con todo nuestro corazón, mente y alma. Y el segundo es similar: nuestro amor por Dios debe llegar a nuestro prójimo. Esperamos que ustedes sean animados a dejar que el amor de Jesús fluya en todas sus relaciones. Él tiene el poder para cambiar los corazones.
Steven y Deb Koster
Steven y Deb Koster sienten pasión por los matrimonios, las familias y el crecimiento espiritual en el hogar. Ambos trabajan en la Iglesia Cristiana Reformada en América del Norte. Steven y Deb Koster tienen tres hijos.