Juan 13:21-30
INTIMIDAD Y TRAICIÓN
“Y uno de sus discípulos, al cual Jesús amaba, estaba recostado al lado de Jesús”. Juan 13:23 (RVR60)
Le hubiera gustado haber estado por un momento en el lugar de Juan, ¿o me equivoco? Desde niño he escuchado cantos que hablan de estar reposando en los brazos de Jesús o sentado a sus pies, y he observado la emoción con que se cantan. ¿Se imagina a Juan? No solo se sentó a un lado de Jesús, también recostó su cabeza sobre su pecho. Tal era la cercanía que tenía con él. Por eso se le conoce como el discípulo amado.
Aquel día era muy especial para Jesús. Era una cena que él había esperado tanto. Era la última pascua que celebraría con sus discípulos, la antesala de su muerte en la cruz. Y Juan mismo nos permite dar un vistazo al corazón de Jesús: “Él siempre había amado a los suyos que estaban en el mundo, y así los amó hasta el fin” (Juan 13:2). No hubo nada que opacara aquel momento. Ni la actitud desafiante de Pedro, ni el anuncio de la traición de Judas. Jesús disfrutó de aquel momento, y el amor y cercanía de Juan hacia él le mostraba que aquel grupo no era una causa perdida.
¿Mantiene usted una intimidad regular con Jesús? ¿Busca usted escuchar su voz y seguir su voluntad de manera constante? No olvide que, aunque no podamos recostarnos en su pecho, él mora en los corazones de los creyentes. Y estará más que contento en ver que sus hijos viven como él vivió.
Aquel día era muy especial para Jesús. Era una cena que él había esperado tanto. Era la última pascua que celebraría con sus discípulos, la antesala de su muerte en la cruz. Y Juan mismo nos permite dar un vistazo al corazón de Jesús: “Él siempre había amado a los suyos que estaban en el mundo, y así los amó hasta el fin” (Juan 13:2). No hubo nada que opacara aquel momento. Ni la actitud desafiante de Pedro, ni el anuncio de la traición de Judas. Jesús disfrutó de aquel momento, y el amor y cercanía de Juan hacia él le mostraba que aquel grupo no era una causa perdida.
¿Mantiene usted una intimidad regular con Jesús? ¿Busca usted escuchar su voz y seguir su voluntad de manera constante? No olvide que, aunque no podamos recostarnos en su pecho, él mora en los corazones de los creyentes. Y estará más que contento en ver que sus hijos viven como él vivió.
Querido Jesús, gracias por estar tan cerca de mí, y permitirme gozar de esa intimidad contigo. Permíteme honrarte como te mereces, Amén.
El apóstol Juan es uno de los creyentes en Jesucristo más bendecidos. Fue compañero íntimo de Jesús, tuvo una larga carrera ministerial y disfrutó de una visión completa del plan de Dios para la historia. Un currículo así lo hubiera hecho una celebridad en nuestro tiempo. Pero él nunca buscó atraer los reflectores hacia sí mismo. Su pasión era hablar y predicar de Cristo, de su amor por nosotros y de sus maravillosos planes para nuestra vida. Pero, sobre todo, Juan nos ofrece los fundamentos y recursos para prepararnos para cumplir lo que es la meta de la vida de cada creyente: ser semejantes a Jesucristo. Leamos este devocional que es un testimonio de alguien que, al haber conocido a Jesús, puede hablarnos de lo que seguir al Maestro significa.
Huascar de la Cruz
Es casado y tiene cuatro hijos. Ha sido pastor en México por largo tiempo, y en la actualidad funge como el director del Ministerio Reforma.
Es casado y tiene cuatro hijos. Ha sido pastor en México por largo tiempo, y en la actualidad funge como el director del Ministerio Reforma.