Efesios 5:21-24
EL MANDATO PARA LAS ESPOSAS
“Las esposas deben estar sujetas a sus esposos como al Señor”.
Efesios 5:22
Un matrimonio cristiano es diferente. El apóstol Pablo no se dirige aquí a personas que no reconocen el señorío de Cristo en su vida. Tampoco importa si han celebrado una boda en la iglesia, o si hicieron unos votos delante del Señor. Si eres casado, y cristiano, tu matrimonio es especial a los ojos de Dios. Eres un esposo o una esposa cristiana, y tus roles, tus actitudes, y tus reacciones deben reflejar la maravillosa obra que Cristo a través de su Espíritu está haciendo en tu vida.
A fin de enseñar cómo agradar al Señor en el matrimonio, el apóstol resalta la sumisión de la mujer en el matrimonio. No es la única vez que lo dice, ni el único que lo hace, y no pretende que se tome como una exhortación apropiada solo para la cultura de su tiempo. Es algo que funda en el liderazgo del varón en el hogar, que, a su vez, debe reflejar el liderazgo de Cristo en su iglesia.
Este pasaje no enseña que la mujer está sujeta al hombre, sino la esposa a su esposo. Y su finalidad no es agradar al esposo sino a Cristo, que es quien dio su vida por los creyentes. Y si es usted una esposa cristiana, y se le dificulta obedecer este mandato, no olvide que es el Espíritu Santo que nos empodera para someternos unos a otros. Es solo él quien nos permite seguir el ejemplo que nos da el varón perfecto, a quien los cristianos estamos llamados a emular.
Te pedimos, buen Dios, que nos concedas aceptar lo que tú nos pides por amor a tu Hijo. Concede que como hogares seamos ejemplos de armonía y buenas relaciones. En Cristo, amén.