Salmos 68:1-20
LIBRE DE CARGAS
“Bendito sea el Señor, nuestro Dios y Salvador, que día tras día lleva nuestras cargas!”. Salmos 68:19
El escritor y predicador bautista del siglo diecisiete, Juan Bunyan, estuvo preso más de diez años por el simple hecho de predicar la Palabra de Dios en la plaza pública. En la penuria de la prisión, escribió el libro más leído en el mundo después de la Biblia, El progreso del peregrino. En este libro, él narra el recorrido del cristiano hacia la ciudad santa y los diversos peligros que enfrenta en esta caminata. El cristiano, jadeante y cansado, marcha con una inmensa carga en su espalda hasta que ve la cruz, y cuando se acerca a ella, la carga es removida de su espalda y ahora camina libre de ese peso.El viaje a la gloria pasa por el camino estrecho del arrepentimiento y la renuncia. Cargas y más cargas están atadas sobre nuestros hombros. Muchos miedos se acumulan en nuestro corazón. Muchas presiones nos abruman. No tenemos la fuerza para seguir adelante. El escritor sagrado entiende esta verdad y glorifica a Dios, porque él lleva nuestras cargas no solamente en ocasiones especiales, sino día tras día. Él no sólo lleva nuestra carga, sino también nos recoge en su regazo. Extiende sus brazos eternos debajo de nosotros. Nos toma de la mano y nos sostiene firme. Él es el Dios de nuestra salvación. Nos salva del pecado, del mundo, del diablo y de la muerte. Él nos lleva a salvo a su reino celestial.
Santo Dios, gracias por llevar esas cargas que a veces yo no quiero soltar. Gracias por liberarme a través de Jesús. Amén.