Salmo 131:1-3
DESCANSANDO EN EL REGAZO DE DIOS
“...como un niño recién amamantado que está en brazos de su madre. ¡Soy como un niño recién amamantado!”. Salmo 131:2
Cuando un bebé tiene hambre no puede dormir ni estar tranquilo en los brazos de su madre. Sólo después de que es amamantado, se tranquiliza y se calma. El salmista vio esta escena y encontró un buen ejemplo para silenciar y calmar su alma. Incluso habiendo sido alimentado por Dios, y haber disfrutado de los ricos manjares del banquete divino, seguía inquieto. Por eso, él hace callar y tranquilizar su alma. Su alma necesitaba de la persuasión y la exhortación. No se estaba apropiando de la bendición de la entrega plena y el descanso restaurador.Al ver el ejemplo del niño, que luego de ser alimentado, se queda quieto en los brazos de la madre, se sintió animado a hacer lo mismo con su alma. Tal vez usted, también, a pesar de que ser cristiano, vive en constante agitación. El bullicio de las circunstancias clama en sus oídos. El ruido de los sentimientos turbulento mete pánico en su alma.Tal vez usted está caminando cansado y abrumado. Al igual que una oveja sin pastor, usted se encuentra agotado. Sus emociones están agitadas. Su cuerpo está frágil. Su alma está intranquila. Es hora de que reaccione. Es hora de que ponga punto final a esa angustia. Vuelva sus ojos a Dios. Él tiene cuidado de usted. Refúgiese en sus brazos y deposite a sus pies toda su ansiedad. ¡Él es poderoso para cuidar de usted!
Quiero descansar en ti, Señor, como un niño. Quiero experimentar el gozo de tu protección y cuidado. En el nombre de Jesús, el buen Pastor, amén.