08 de junio del 2021
1 Corintios 3:10-15
NO TODO LO QUE RELUMBRA ES ORO
“Sobre este fundamento, uno puede construir con oro, plata y piedras preciosas, o con madera, paja y cañas”.
1 Corintios 3:12
Tenemos que darle a Dios lo mejor. Debemos ofrecerle lo mejor de nuestro tiempo, de nuestros recursos y de nuestra vida. No lo tratemos como a un mendigo, y hasta creamos que le estamos haciendo un favor al darle de lo que nos sobra. No pensemos que es suficiente con hacerle un espacio en nuestra agenda un día a la semana. Démosle a Dios lo mejor y hagámoslo con gozo. No hay una empresa sobre la tierra más importante que la suya. No participaremos en un proyecto más extraordinario que su reino. Que él nos incluya en su servicio es ya un privilegio indescriptible.
¿Cómo calificaría usted su compromiso actual con la obra de Dios? ¿Qué criterios usaría para evaluar su contribución para la edificación del reino de Dios? No todo lo que relumbra es oro. A veces tendemos a ser muy complacientes con nosotros y duros con los demás. Nos jactamos de lo que hacemos y menospreciamos lo que otros hacen. Pero tenga cuidado. Un día Dios juzgará lo que hayamos hecho en pro de su obra. No está en riesgo nuestra salvación si es que estamos construyendo sobre el fundamento que es Cristo. Si nuestro servicio pasa la prueba, Dios recompensará nuestra labor. Aunque estará de acuerdo conmigo que lo más hermoso es que Dios esté complacido con lo que hacemos. Que Él diga de nosotros: “Bien, buen siervo y fiel”.
Bendito Dios, quiero darte lo mejor de mi vida. Recíbelo como una respuesta gozosa por lo tanto que has hecho por mí.
En Jesús, amén.
El camino a la madurez cristiana es una travesía maravillosa. No hay nada que se compare a estar en sintonía con la voluntad de nuestro bondadoso Dios. Su Hijo Jesucristo ha hecho posible el recorrido a través de su muerte en la cruz. Y, por si fuera poco, Dios ha hecho morar su Espíritu en nosotros para guiarnos, fortalecernos y capacitarnos para crecer junto con nuestros hermanos en la fe. Pero tenga cuidado de caer en la tentación de buscar atajos. No se deje seducir por los predicadores que le animan a seguir una meta distinta. La iglesia de Corinto es un ejemplo de los peligros de equi- vocar el camino y la confusión resultante. Gracias a Dios, nuestros errores no tienen la última palabra, y él permitió que el apóstol Pablo atendiera la necesidad pastoral de esta iglesia. De ese modo, la iglesia pudo retomar el camino, y nosotros también podemos hacerlo si nos hemos extraviado.
Huascar de la Cruz
Es casado y tiene cuatro hijos. Ha sido pastor en México por largo tiempo, y en la actualidad funge como el director del Ministerio Reforma.