18 de junio del 2021
1 Corintios 10:1-13
SEÑALES DE ADVERTENCIA
“…y fue puesto en las Escrituras como una advertencia para los que vivimos en estos tiempos últimos”.
1 Corintios 10:11
Señales de advertencia. ¿Las conoce? Están allí, en las calles cuando manejamos, en los productos que compramos, en los dispositivos electrónicos que usamos, y en nuestros lugares de trabajo. Aunque no les ponga atención, es inimaginable la cantidad de accidentes que ocurrirían si no estuvieran en el lugar indicado.
Los creyentes también necesitamos conocer las señales de advertencia que nos ayuden a evitar tropiezos. Dios nos ha dejado una variedad de recursos, entre los cuales se encuentra su Palabra. Las Escrituras no tienen el propósito de servirnos de entretenimiento. Ellas son útiles para nuestra salvación, y una manera de hacerlo es advirtiéndonos de manera constante del peligro que corremos. Sus historias, a veces bastante crudas, nos muestran las fallas garrafales del pueblo de Dios, y la necesidad de estar en guardia en nuestra lucha contra el pecado.
¿Le parece extraño que como pueblo del nuevo pacto necesitamos estas advertencias? ¿Acaso no gozamos de la presencia del Espíritu para vivir en victoria? Es cierto, pero que los vehículos modernos tengan diseños más sofisticados y motores más potentes, no significa que no puedan tener un accidente. Así que, enfrentemos la batalla, nutridos de la Palabra, confiados en el poder del Espíritu y seguros de la fidelidad de Dios a sus promesas.
Bendito Dios, gracias por tu auxilio y recursos que nos proporcionas para nuestro peregrinaje. Por Jesucristo, amén.?
El camino a la madurez cristiana es una travesía maravillosa. No hay nada que se compare a estar en sintonía con la voluntad de nuestro bondadoso Dios. Su Hijo Jesucristo ha hecho posible el recorrido a través de su muerte en la cruz. Y, por si fuera poco, Dios ha hecho morar su Espíritu en nosotros para guiarnos, fortalecernos y capacitarnos para crecer junto con nuestros hermanos en la fe. Pero tenga cuidado de caer en la tentación de buscar atajos. No se deje seducir por los predicadores que le animan a seguir una meta distinta. La iglesia de Corinto es un ejemplo de los peligros de equi- vocar el camino y la confusión resultante. Gracias a Dios, nuestros errores no tienen la última palabra, y él permitió que el apóstol Pablo atendiera la necesidad pastoral de esta iglesia. De ese modo, la iglesia pudo retomar el camino, y nosotros también podemos hacerlo si nos hemos extraviado.
Huascar de la Cruz
Es casado y tiene cuatro hijos. Ha sido pastor en México por largo tiempo, y en la actualidad funge como el director del Ministerio Reforma.