17 de junio del 2021
1 Corintios 9:19-27
MISIONEROS DÚCTILES
“Es decir, me he hecho igual a todos,
para de alguna manera poder salvar a algunos”.
1 Corintios 9:22
Había un misionero que en su intento de ganar a sus oyentes para Cristo decidió hacer algo inusual. Adoptó su forma de vestir, su lenguaje, y hasta se mandó a hacer una cola en el cabello, como ellos acostumbraban. Hablo de Hudson Taylor, quien, por cierto, fue misionero en China. Y usted, ¿Qué estaría dispuesto a hacer para ganar a otros para Cristo?
Predicar el evangelio es un privilegio, y nos llena de alegría ver las personas venir a Cristo. Qué hermoso es cuándo los guiamos a hacer una oración para recibir al Señor, o cuando nos aceptan una invitación a una actividad evangelística. Pero no siempre es fácil, y a medida que salimos de nuestra zona de confort se requiere algún sacrificio para lograr que por lo menos nos escuchen.
En realidad lo que a veces cuesta más trabajo es hacer a un lado nuestras costumbres y tradiciones, de modo que no sean un obstáculo para alcanzar a otros. Al meditar en este pasaje piense en algunas acciones que pueden abrirle las puertas para que otros escuchen el evangelio. ¿Usar una versión más sencilla de la Biblia? ¿Dejar de criticar las tradiciones de otros para enfocarse solo en el evangelio de Cristo? ¿Vestirse de manera más sencilla para que su atavío no sea una barrera ante gente humilde? Cualquier cosa, pero no se olvide de predicar a Cristo.
Señor, ayúdame a predicar tu nombre, en cualquier momento, en la forma que pueda. Amén. ?
El camino a la madurez cristiana es una travesía maravillosa. No hay nada que se compare a estar en sintonía con la voluntad de nuestro bondadoso Dios. Su Hijo Jesucristo ha hecho posible el recorrido a través de su muerte en la cruz. Y, por si fuera poco, Dios ha hecho morar su Espíritu en nosotros para guiarnos, fortalecernos y capacitarnos para crecer junto con nuestros hermanos en la fe. Pero tenga cuidado de caer en la tentación de buscar atajos. No se deje seducir por los predicadores que le animan a seguir una meta distinta. La iglesia de Corinto es un ejemplo de los peligros de equi- vocar el camino y la confusión resultante. Gracias a Dios, nuestros errores no tienen la última palabra, y él permitió que el apóstol Pablo atendiera la necesidad pastoral de esta iglesia. De ese modo, la iglesia pudo retomar el camino, y nosotros también podemos hacerlo si nos hemos extraviado.
Huascar de la Cruz
Es casado y tiene cuatro hijos. Ha sido pastor en México por largo tiempo, y en la actualidad funge como el director del Ministerio Reforma.