10 de mayo del 2021
Romanos 11:25-36
TODO ES PARA DIOS
“Porque todas las cosas vienen de Dios, y existen por Él y para Él”.
Romanos 11:36
Si hubiésemos sido obedientes desde el momento en que fuimos creados, las palabras del versículo de hoy serían aceptadas por toda la humanidad, sin cuestionamiento. Parece lógico: Si Dios creó el mundo, entonces el mundo le pertenece y le debe obediencia, ¿no es así?
Lamentablemente, en la realidad sucede lo contrario. Muchas personas han diseñado sus propios estilos de vida y quieren que Dios se ajuste a lo que ellos disponen. Sólo que Dios no es así, Él no se somete a nosotros. Dios hace una dura pregunta a Job: “¿Dónde estabas cuando yo afirmé la tierra? ¡Dímelo, si de veras sabes tanto”!
Al oír cómo esta pregunta sacude a Job, nos damos cuenta que todo el universo existe sólo porque Dios quiere que exista. El Creador ideó, planificó y ejecutó todo lo que existe y, por lo tanto, hasta puede parecer innecesario recalcar que todo pertenece a Él. Sin embargo, nuestra rebeldía hace que Dios de vez en cuando nos recuerde esta verdad, algunas veces de manera dulce y, otras, a través de experiencias amargas. Esperamos que Dios no tenga que intervenir drásticamente para que hagamos nuestra la oración de Moisés: “Desde antes que se formaran los montes y que existieran la tierra y el mundo, desde los tiempos antiguos y hasta los tiempos postreros, tú eres Dios”.
Desde antes que se formaran los montes, desde los tiempos antiguos y hasta los tiempos postreros, tú eres Dios. Lo creo y lo disfruto. Amén.
Se ha ido ya una quinta parte del siglo XXI y no volverá más. Y, para asombro de todos, la pandemia del Covid-19 ha terminado con millares de vidas. ¿Qué hemos hecho para que la obra de Dios sea conocida en todos los rincones de la tierra? ¿Cómo hemos contribuido para que la Palabra de Dios esté a la disposición de las personas? Entiendo que nuestro día a día esté lleno de tareas, de compromisos que cumplir y cuentas qué pagar... pero ¿qué hemos hecho por la obra de Dios y por la divulgación de su evangelio? Vamos a reflexionar un poco sobre este tema con algunos pasajes que nos ayudarán a responder a esta pregunta: ¿Qué es lo que Dios espera de cada uno de nosotros? Nuestro deseo es que seamos identificados como predicadores del Evangelio de la Salvación, del mensaje de vida por medio de Cristo que un día llegó hasta nosotros
Edison Souza
Periodista y presbítero en La Iglesia Presbiteriana de Campinas São Paulo, Brasil