Génesis 2:4-18
FIN A LA SOLTERÍA
FIN A LA SOLTERÍA
“Luego, Dios el Señor dijo: No es bueno que el hombre esté solo. Le voy a hacer alguien que sea una ayuda adecuada para él”.
Génesis 2:18
Es Dios quien tiene el derecho de patente sobre el matrimonio. Claro que esto puede sonar descabellado en la sociedad secularizada en que vivimos, y en una época en que hay una hostilidad tremenda no solo en contra de Dios, sino también del matrimonio. Pero la Biblia no comienza el relato de la primera pareja con un “érase una vez”, sino con “No es bueno que el hombre esté solo. Le voy a hacer alguien que sea una ayuda adecuada para él”. ¿Acaso no es maravilloso?
No es como si antes del matrimonio el hombre estuviera incompleto, y, una vez casado, esté acabado. Lo que la Biblia nos dice es que, para alcanzar su verdadero potencial, el hombre necesita la compañía que Dios sabiamente proveyó. Es cierto que el Edén era perfecto, y Dios era suficiente en la vida de Adán, pero los propósitos divinos para la humanidad involucran una pareja; el hombre necesita de una ayuda idónea.
Y Dios provee para alcanzar estos propósitos, no varios amigos o varias mujeres, y tampoco una criada. La respuesta de Dios a la soledad de Adán es una mujer que es el complemento adecuado para la vida y la misión del hombre aquí en la tierra. Cuando una pareja entiende este papel primordial de Dios en su relación sabe que pueden contar con él en sus días más aciagos. Puede estar segura que Dios no es un enemigo sino un defensor del matrimonio.
Gracias, Señor, por tu provisión amorosa para ayudarnos a cumplir nuestra misión aquí en la Tierra. Confiamos en tu apoyo y presencia en nuestra vida. En el nombre de Cristo oramos, amén.