Mateo 7:15-20
LAS APARIENCIAS NO ENGAÑAN
“Cuídense de esos mentirosos que pretenden hablar de parte de Dios… Ustedes los pueden reconocer por sus acciones…” Mateo 7:15-16
Si existe algo que no encaja en el carácter cristiano y que Jesús abomina es la hipocresía. Él dedicó palabras bastante fuertes a los líderes de su tiempo por su afición a las apariencias. En los evangelios él los desenmascara y advierte a la gente del peligro que representan. Cuídense de ellos, nos dice, no se dejen engañar por su disfraz, no son difíciles de identificar.
La advertencia va dirigida también a nosotros. Jesús espera un comportamiento digno y acorde a lo que predicamos. En la vida cristiana no cabe el dicho popular: “Haz lo que digo, pero no hagas lo que hago”. Debe haber coherencia entre lo que decimos y hacemos. Jesús quiere ver en el creyente un estilo de vida que encarne lo que Él enseñó.
¿Cómo, pues, podemos evitar caer en una vida de apariencias? Enfoquemos nuestra mirada en ser cada día más semejantes a Cristo. Como dice un canto conocido: “Quiero ser más como tú, ver la vida como tú, saturarme de tu Espíritu y reflejar al mundo tu amor”. Ésta debe ser la meta de nuestra vida que oriente nuestra conducta y nos identifique ante el mundo. Y, sin duda, que el Espíritu estará más que complacido en ayudarnos a lograrlo. Él no hace un Photoshop en nuestras vidas. Él nos viste del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad, para que desechemos toda falsedad y apariencia.
No podemos vivir una vida de apariencias, por eso te pido, querido Maestro, que alejes de mi vida toda falsedad. Amén.