2 Corintios 5:17-21
INTERCAMBIANDO LUGARES
“Cristo no cometió pecado alguno; pero por causa nuestra, Dios lo hizo pecado…” 2 Corintios 5:21
Era una reunión días antes de navidad, en la que hermanos de la iglesia se encontraban festejando con personas con discapacidad. Hablaron sobre lo que les gustaba de la temporada navideña: luces, cantos, fiestas, convivencia, etc. Y entonces surgió la pregunta en cuanto a cómo brilla el amor de Dios en navidad. Después de un tiempo, uno de ellos dijo: “Hermanos, así lo entiendo. El niño Jesús viene en navidad por nosotros, o estamos todos hundidos”.
He aquí por qué no estamos, por así decirlo, hundidos. Jesús vino a tomar nuestro lugar en la cruz y a esto se le llama “el gran intercambio”. En la cruz él fue tratado como un paria para que nosotros podamos ser contados como hijos de Dios. Jesús bebió la amarga copa del castigo que merecíamos para que nosotros podamos con gozo unirnos a la gran fiesta de Dios. Él fue humillado, despojado de su vestidura y de su honor, para que pudiéramos vestirnos con dignidad, disfrutando de una posición con Dios que no merecemos. Dios lo abandonó para que el Padre pudiera recibirnos en casa.
Aquel que no había cometido pecado fue hecho pecado en la cruz “para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él”. “En él”, ahí está la clave. Disfrutamos de la justicia de Dios solo si estamos conectados personalmente con Cristo.
Jesús, mantenme cerca de la cruz. Señor, mi esperanza está en ti, a través de tu sacrificio. Amén.