Lucas 24:36-49
UNA ALEGRÍA COMPARTIDA
“Está escrito que el Mesías tenía que morir, y resucitar...su nombre se anunciará a todas las naciones...”
Lucas 24:46-47
¡Aleluya! ¡Cristo resucitó! El pasaje de hoy, que narra la aparición de Jesús vivo después de su muerte, muestra que el gozo de la resurrección debe esparcirse y contagiar a otros. Los lugares aún no alcanzados y las personas que aún no creen no pueden quedarse fuera.
Entre quienes proclamaron ese anuncio por primera vez se encuentran aquellos discípulos que tuvieron ese mismo día la oportunidad de tocar su cuerpo real y comer con él. Esto nos habla de manera convincente acerca de la resurrección física de Jesús. ¡Él estaba realmente vivo! Pero no era una noticia nueva, pues la Escritura toda apuntaba hacia estos acontecimientos: “…era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos”. Y por eso es que hoy nosotros tenemos que seguir compartiendo ese gozo, dos mil años después de ese primer domingo y cientos de cambios culturales después.
Muchos de nosotros nos unimos a la celebración del día de la resurrección con sentimientos de tristeza a flor de piel. No podemos dejar de pensar en los seres queridos y amigos que no comparten la alegría de este día. El mensaje de Lucas da una esperanza real de que algún día vendrán a conocer el gozo de estar en Cristo, como tú y yo lo disfrutamos.
Padre, te damos gracias porque las buenas nuevas de hoy acerca de Jesús han cambiado nuestras vidas. Te pido también por aquellos que aún no lo conocen. Por amor de Jesús, Amén.