27 de marzo del 2021
Lucas 18:35-43
JESÚS ESCUCHA NUESTRO CLAMOR
“¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!”. Lucas 18:38
Cuando el ciego oyó que venía Jesús de Nazaret, supo quién era este maestro. En contraste con el pueblo de Jerusalén que había rechazado a los profetas de Dios, este paria de Jericó reconoció a Jesús como el Hijo de David, el Mesías prometido del pueblo de Dios. Los intentos de silenciarlo solo aumentaron su resolución. Y, habiendo oído sus gritos, Jesús mandó que le trajeran al hombre.
Dar vista a los ciegos no es trabajo de carpintero. Solo el Creador que hizo el cielo y la tierra puede devolverles la vista. Al hacer que le trajeran al ciego a pesar de las objeciones de muchos, y al concederle su petición, Jesús les hace saber a todos que él es el Hijo de David, es decir, el Mesías, el Hijo de Dios.
Después de que el hombre recibe la vista, sigue a Jesús. También hace lo que hace cualquier creyente cuando el cielo viene a la tierra para sanarlos: glorifica y alaba a Dios. Y nadie puede detenerlo. Cuando todas las personas ven lo que ha sucedido, también alaban a Dios.
Por esa misma razón es que todos los que hemos recibido nueva vida en Cristo nos reunimos para alabar al Hijo de David, que escucha nuestro clamor. No hay nada como unirse en alabanza al Rey glorioso, y ponerse bajo su cuidado protector. Clama a Jesús por misericordia, para que seas sano.
Gracias, Señor, por escuchar mi clamor en medio de voces opuestas. En tu misericordia, hazme sano y concédeme una vida plena contigo. Amén.
Esta simple pregunta tiene respuestas complicadas. Tal vez usted está sentado en una silla cómoda en la sala, o frente a su computadora en su oficina o sosteniendo un teléfono mientras camina. Esas son respuestas geográficas a la pregunta, y también podrían no ser de mucha ayuda, como si respondiéramos “en el planeta Tierra” o “dándole la vuelta al sol como todos los días”. Pero “¿Dónde estás?” podría estar buscando una respuesta espiritual. Dios hizo esa pregunta a Adán y Eva en el Jardín del Edén, después de que cayeron en el pecado (Génesis 3:9). Y nos hace esa pregunta hoy. No está buscando una respuesta física. Quiere saber dónde estamos en nuestro caminar con él, dónde estamos espiritualmente. Nuestro tema de marzo para las devociones del Cada día, nos ayudará a responder a esa pregunta. Vamos a examinar las dificultades y tentaciones que enfrentamos en la vida cristiana y veremos cómo podemos ser fortalecidos para luchar contra el pecado. Y cerca del fin de mes seguiremos a Jesús mientras viaja por el camino a Jerusalén para ofrecerse en sacrificio por nuestros pecados. Al leer los devocionales Cada día de este mes, ¡que se refresquen, se reenfoquen y se renueven en la Palabra de Dios!
Arie C. Leder
Arie C. Leder fue maestro de Antiguo Testamento en el Seminario Calvino de Grand Rapids, Michigan. Él también sirvió como pastor en Canadá y fue misionero en América Latina por varios años. Arie ha dedicado gran parte de su carrera al estudio del pentateuco y los libros históricos.